LA SUERTE DEL MOMENTO
En el año 2007 DIGMUN comenzó a impartir el taller para menores sin escolarizar con personal voluntario y de prácticas. Desde la fundación de la asociación en el 2005 hasta esta fecha, no se tenía información de que en nuestra ciudad existía este colectivo sin cobertura educativa. Esta información llegó de manos de una niña, Fanna que tenía entonces 6 años. Su padre nos visitó para comunicarnos que a su hija no se le permitía la escolarización por no estar empadronada, a pesar de que ellos vivían en Ceuta desde hacía tres años y él trabajaba en el puerto captando compradores de billetes de barco.
A partir de aquí se creó el taller que DIGMUN imparte para estos menores que no están escolarizados, cubriendo en parte, las necesidades educativas que ellos presentan independientemente de la edad y el nivel que tengan.
Fanna asistió a nuestros talleres durante tres años, donde recibió un nivel adecuado que le permitió adaptarse a un centro educativo donde fue escolarizada posteriormente. Tuvo la suerte del momento, ya que en ese tiempo, los informes educativos y sociales que se hacían del menor, demostrando su residencia en nuestra ciudad y el arraigo que la familia tenía en Ceuta, con vivienda y trabajo de uno de sus progenitores, eran suficiente para que el menor pudiera ir a un centro educativo por derecho, en caso de no estar empadronados.
Negarle el derecho a la educación a un menor, es negarle un derecho fundamental recogido en Los Derechos de la Infancia y esa la vez, negarle un futuro para que puedan ser adultos libres e independientes, es en definitiva, negarle a “ser personas dignas”, pero Fanna tuvo suerte por varios motivos: por contar con una asociación que la pudo atender cuando se encontró fuera del sistema educativo, porque pudo ser escolarizada en un centro público, y por asistir a un colegio con grandes profesionales que no tuvieron en cuenta ni su procedencia, ni su situación administrativa, y sacó de ella todo lo mejor que tenía para convertirla en una alumna brillante. Cuando terminó sus estudios de primaria con notas muy destacadas, pasó a un centro de secundaria donde ha sido galardonada por sus excelentes calificaciones, dotando de prestigio a su propio centro.
Actualmente cursa segundo de bachillerato y su proyecto de futuro es irse a la Universidad de Málaga y estudiar Criminología. Su padre sigue echando muchas horas en el puerto de sol a sol para poder pagarle a su hija esta carrera. Su familia ya está empadronada en Ceuta y su padre tiene contrato de trabajo por lo que su hermano pequeño pudo ser matriculado, sin problemas en un centro educativo cuando tuvo que ser escolarizado. Depender de la suerte del momento no es lícito, sobre todo para un menor que la ley lo ampara, y le concede el derecho detener una educación y una sanidad pública por encima de los intereses políticos de la ciudad.
DIGMUN sigue trabajando desde hace doce años por defender los derechos de estos menores. Nunca las instituciones locales de Ceuta han apoyado, valorado o reconocido el trabajo realizado por nuestra asociación proporcionándole los recursos humanos necesarios para atenderlos. A pesar de esto, gracias a otros colectivos como la Fundación Educo y el Centro Cultural Idrissis, estos menores son atendidos y muchos de ellos, ven cumplido su derecho de asistir a un centro educativo y obtener la titulación necesaria para acceder al mercado laboral.
Muchas son las actividades que anualmente se organizan a favor de la Infancia desde Digmun, con el fin de sensibilizar, informar y reflexionar de la importancia de establecer unos sólidos pilares educativos en los niños y niñas para que contribuyan en un futuro a formar parte de una sociedad más igualitaria y tolerante.