El miércoles por la tarde Brahim, un guardia civil fuera de servicio, disparó hasta cuatro veces a su mujer y luego se suicidó. Tanto Delegación del Gobierno como fuentes de la Policía Nacional afirmaron que era un caso de violencia de género. Familiares y amigos aducen que la víctima era él.
Unas 200 personas se han concentrado esta tarde en la Plaza de los Reyes para «limpiar» la imagen de Brahim. Dudan de la versión policial que afirma que fue el hombre quién disparó a la mujer y piden que se investigue el caso. «Queremos justicia», gritaban con pancartas de «ni uno menos, ni una menos», «yo sí te creo» y fotografías del difunto. Alegando que «era muy buena persona», los allegados de Brahim coinciden en acusar de «maltratadora» a su mujer, que fue dada de alta al día siguiente de recibir los disparos.
Públicamente sólo la Plataforma Feminista y Búscome han condenado este caso de violencia de género. Ante este hecho, los concentrados pedían esta tarde una revisión de este concepto y hasta de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Youssef, que se ha presentado como mejor amigo de Brahim, argumentaba que «hay hombres que también sufren». «No existe justificación ninguna, tolerancia cero», decía otra amiga, Mónica Tenorio, organizadora del evento, aunque añadía un «pero» dudando que el Brahim dispara el arma reglamentaria. Hay un informe del Ingesa sobre las lesiones de la mujer y oficialmente se ha considerado un caso de violencia de género, los seres queridos de Brahim se agarran a la estima que le tenían al guardia civil para equiparar el problema estructural de la violencia machista con los casos de hombres maltratados.
El Poder Judicial afirma que «evidentemente los hombres no son invulnerables a la violencia en el ámbito de la pareja», pero los estudios de sentencias «señalan el desproporcionado mayor riesgo de las mujeres a ser asesinadas por sus parejas o ex parejas». De las 48 sentencias dictadas en 2016 por asesinato/homicidio en el ámbito de la pareja, casi el 80% eran por muertes de mujeres. Por esto, el profesor y médico forense, Miguel Lorente, alerta del uso del «ni uno menos», en los discursos públicos:
«La perversidad del argumento radica en que se abstrae de la realidad con el objeto de llegar a un planteamiento teórico que se evade de la violencia que maltrata, viola y asesina a las mujeres, y quedarse en un enunciado cómplice que introduce la confusión sobre el verdadero significado de la violencia que sufren las mujeres, al tiempo que esconde las circunstancias que han mantenido esta violencia a lo largo de toda la historia».
Una manifestación para «que no se le condene», porque según su amiga Mónica, «él no era un maltratador» si no «víctima de un maltrato continuo de su mujer, de sus provocaciones, de sus insultos». Y alabando el carácter del difundo, equiparan la violencia que los hombres pueden sufrir por ser hombres a la que sufren las mujeres por ser mujeres. De hecho, aprovechan la concentración para que «los hombres también alcen la voz, que muchos hombres no se atreven, lo sufren en silencio, por miedo, por perder a los hijos». Así que, además de gritos de «justicia», en la Plaza de los Reyes también se ha gritado «ni machismo ni feminismo».
Esta por ver, de haber sido Brahim maltratado por su mujer, si dio pasos para denunciar la situación. Cuando se comprueba que una mujer maltrata a su marido, esta es condenada en base al Código Penal con la pena tipificada para los casos de violencia doméstica, que como tal, también protege a los hombres de sufrir violencia.
Familiares, amistades y vecindario están generando una ola de indignación contra la mujer que recibió dos tiros y a favor del hombre, que, aunque hubiese sufrido violencia psicológica, disparó. Y en medio de esta avalancha de opiniones en redes sociales, se están poniendo en duda premisas sociales aceptadas por todos los organismos internacionales a los que el Estado español está adscrito. «La violencia de género no se da de la mujer hacia el hombre porque no existe un sistema ideológico y cultural que oprima al hombre, sino a la mujer«, y así lo reflejan leyes como la citada anteriormente, que afirma en la introducción que «se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo».
Desde el 2003 ha habido, al menos, mil mujeres muertas en manos de sus parejas. Se trata de un problema estructural y global. La UE habla de alrededor de un 30% de las mujeres del continente las que han sufrido algún tipo de agresión física o sexual por parte de hombres, por el hecho de ser mujeres. El dolor de los prójimos a Brahim ha llegado a poner en duda, esta tarde en la Plaza de los Reyes, y estos días en las redes sociales, que la violencia machista sigue siendo un problema estructural, mientras que la violencia hacía los hombres, por ser hombres, no.