Un grupo de 60 personas de origen subsahariano han intentado saltar el perímetro fronterizo de Melilla este mediodía. 26 lo han conseguido y un joven ha tenido que ser trasladado al hospital por cortes de concertina
La Delegación del Gobierno de Melilla ha informado que 26 personas -en un principio afirmaron que eran 27 pero han corregido posteriormente- han conseguido saltar la triple valla que separa Marruecos de Melilla. Todos han llegado ya en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Fuentes oficiales han explicado a El Foro de Ceuta que tres jóvenes son presumiblemente menores, aunque se tendrá que ver en los resultados de las pruebas de edad.
Un agente de la Guardia Civil ha sido atendido por una contusión en el forcejeo con uno de los migrantes que intentaba acceder. Ha ido a los servicios sanitarios por su propio pie y no ha sido dado de baja médica.
El salto ha tenido lugar a la altura de los Pinares de Rostrogordo sobre las tres de la tarde. Desde Delegación explican que esta vía de entrada a la ciudad se ha reducido notablemente este último año, siendo la última entrada el pasado mes de julio. El grupo que ha intentado saltar estaba conformado por personas de países subsaharianos, todos hombres. Ahora mismo el grueso de personas en tránsito que llegan a Melilla, al igual que en Ceuta, son principalmente argelinas, marroquíes y subsaharianas. Aun así, la ciudad autónoma también es puerta de entrada a Europa para personas asiáticas. Este mismo jueves dos hombres yemeníes llegaban a las islas Chafarinas en un barco pesquero.
El CETI de Melilla desbordado
El CETI de Melilla supera desde hace mucho tiempo la capacidad oficial. Ahora mismo hay alojadas más de mil personas cuando en teoría no está pensado para albergar a más de 800. En este sentido y como ha pasado en el centro de Ceuta, se están reconvirtiendo salas polifuncionales en dormitorios.
Con datos del 12 de septiembre, a Melilla habían accedido unas 350 personas vía marítima (165 menos que en 2018) y 3.041 por tierra (200 menos que en 2018). La presión a las personas migrantes en Marruecos es especialmente cruenta en el Rif. La semana pasada un joven de Guinea Conakry murió después de una paliza de las fuerzas del orden maroquíes.