Hacia las siete de la mañana un grupo de 200 personas ha intentado acceder a Melilla saltando la triple valla que separa la ciudad autónoma de Marruecos. Sólo 50 han conseguido entrar. Uno de ellos está herido, con una fractura de tibia y peroné. Cuatro son menores, según fuentes de la Policía Nacional de Melilla.
Muchos titulares ponían de relieve que ha habido seis agentes de la Guardia Civil heridos, «pendientes de evolución». «Alguna contusión y heridas leves«, según fuentes de la Delegación del Gobierno de Melilla a El Foro de Ceuta. Dos personas migrantes han tenido que ser atendidas por los servicios médicos: una ya está en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes y la otra permanece hospitalizada. Según la versión institucional, personas del grupo de migrantes habrían lanzado objetos contra los agentes que trataban de impedir que estas entraran en Europa. Delegación del Gobierno apunta que los agentes de la benemérita han pasado por Urgencias. Fuentes de la Policía Nacional de Melilla afirman que un agente tendría una fractura de nariz por un cabezazo.
Interior sigue sin quitar las concertinas de Ceuta y de Melilla
Centenares de personas de origen subsahariano siguen intentando llegar a Europa saltando la valla de Melilla, que aún tiene concertinas. Hace más de medio año que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció, tanto en Ceuta como en Melilla, que se retirarían las concertinas durante las siguientes semanas. Todavía no se ha cumplido esta promesa, aunque desde el ejecutivo nacional socialista se reconoció que no se había conseguido el efecto disuasorio que pretendían. Mientras tanto, varias informaciones nacionales apuntan que la valla de concertinas que Marruecos ha instalado a pocos metros de las ciudades autónomas han sido financiadas por España.
Ya no hay campamentos de migrantes en los alrededores de Ceuta. La policía marroquí les ha expulsado, deportado hacia Argelia y Mauritania. Hay decenas de desapariciones. En los aledaños de Melilla, personas religiosas del mundo de la cooperación explican como la situación también se ha vuelto muy complicada para las personas de origen subsahariano, aunque siguen existiendo campamentos e intentos de salto a Melilla. Siendo el salto a la valla casi imposible, muchas personas intentan entrar escondidos en coche, jugándose la vida en espacios estrechos y casi sin aire. En Ceuta, una mujer perdió una pierna hace un mes, después que el coche que la transportaba tuviese un accidente y la abandonara tanto a ella como a sus siete acompañantes.
Todas pendientes de las devoluciones exprés
El Gobierno socialista sacó el polvo en agosto pasado de un acuerdo de devolución con Marruecos del año 1992. Este permite expulsar a migrantes a Marruecos aunque sean de países terceros. En estos momentos, los tribunales europeos están estudiando la aplicación de este acuerdo, que podría vulnerar unos cuantos derechos humanos y tratados europeos. Desde Ceuta se expulsó a 116 personas en agosto, menos de 24 horas después de haber entrado a la Ciudad. Marlaska defendió esta medida como respuesta a la supuesta violencia que se acometió en ese salto y el pasado de julio, donde consiguieron acceder más de 600 personas. Ningún agente de la Guardia Civil recibió agresiones que produjesen heridas graves.
En cambio, si que murió un joven en octubre en su intento de entrar en Melilla. A sus compañeros que consiguieron acceder a Melilla se les aplicó el mismo decreto y se les expulsó a Marruecos. Activistas como José Palazón, de Prodein, o Helena Maleno, han criticado duramente estas devoluciones exprés, porque entienden que Marruecos no es un país que respete los derechos humanos. Asimismo, al no ofrecer vías -y cerrar cada día más las existentes- «están empujando esta gente al mar», decía Palazón frente a la penúltima devolución.
Unas 2.500 personas han entrado a Melilla por vía terrestre, un poco menos que el año pasado. En Ceuta, un poco más de 500 por la misma vía. El CETI de Melilla supera las mil personas y en el de Ceuta residen menos de 500 ahora mismo. Por mar han entrado a la ciudad caballa 270 personas, más del doble que en la ciudad hermana.