A partir de los datos del SEPE, la formación Caballas extrae que «las contrataciones que ha hecho Tragsa son un fraude». Y para afirmar esto, su coordinador general, Mohamed Ali, extrae que se han encargado obras a la empresa «por valor superior a 60 millones de euros y se han contratado sólo a 141 personas«.
Ali pide que el Gobierno asuma alguna responsabilidad. Considera que «Tragsa es una gran estafa» porque no se está contratando a ceutíes, no terminan las obras en el plazo previsto y se duplican los costes previstos. Añade el líder de Caballas que «está causando un impacto vulnerativo en las empresas locales del sector de la construcción». Por esto, desde la formación localista piden «el cese definitivo de las encomiendas de gestión a Tragsa», y que este sea inmediato.
El Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía denunció también la relación que tiene la administración local con la empresa multinacional hace pocos días. El MDyC señalaba que «Tragsa, declara que en el año 2018 ha tenido una media de 113 trabajadores en Ceuta, lo que hace que la cifra de negocio por trabajador solo de las encomiendas del Ayuntamiento ascienda a 340.275,13 €/trabajador, la más alta de todos los entes territoriales y supone cinco veces la media nacional de esta trasnacional (65.872,79€/trabajador)”.
Las críticas contra Tragsa son un late motiv en la política municipal ceutí. A principios de año, el diputado de Caballas, Juan Luis Aróstegui, insistía en Pleno municipal en que la empresa no quería emplear a trabajadores locales en sus obras.