Este 8M está marcado por la presencia del negacionismo de la violencia de género en las Instituciones; por la presencia de una ideología radical en contra del feminismo y en contra de la igualdad. La extrema derecha ha colonizado las administraciones y Ceuta, gracias al PP, ha sido la última región en abrir las puertas del gobierno a Vox. Son tiempos de retroceso, y en consecuencia son tiempos para la defensa de nuestros valores democráticos. En estos momentos en el que el populismo de extrema derecha está logrando desplazar el sentido común hacia posiciones reaccionarias, identitarias y excluyentes, las mujeres y los movimientos feministas en el más amplio sentido interseccional, deben crear alianzas, espacios de encuentros para los demócratas desde los que empezar a ganar nuevamente los afectos sociales y sobretodo, deben/debemos aislar a quienes con el discurso del odio (y ahora con el poder que les otorgan los gobiernos) han quebrantado todos los consensos sociales/políticos logrados, desafían nuestra paz social y amenazan con quebrantar también nuestra convivencia.
Las mujeres de Caballas creemos que es el momento de reaccionar con firmeza al mayor desafío que se enfrenta Europa desde el nazismo alemán y el fascismo italiano. Los valores humanos básicos no pueden quedar amputados de nuestra conciencia ni debemos permitir que en la construcción más amplia de la democracia que se ha dado con la Unión Europea, se permitan la vulneración de los derechos humanos que vemos a diario en la fronteras sur, ni se toleren imágenes tan obscenas como las que se están produciendo en Grecia con la crisis de los refugiados. No podemos tolerar que el odio, que se ha actualizado con nuevas formas de intolerancia como la islamofobia o la homofobia, campen libremente por nuestras sociedades. No debemos nunca permitir que se banalice el machismo; el machismo mata, y quienes lo niegan o son cómplices de aquellos que lo minimizan, deben ser aislados. No es momento ni para las tibiezas, ni para el silencio. Debemos tomar partido, estar del lado de la democracia y de los valores universales que han permitido al ser humano avanzar. Todo lo demás, implica estar del otro lado: del odio.