Durante este período una media de 5 personas perdieron sus vidas cada día en la Frontera Occidental Euroafricana. en el Estrecho, 11 tragedias dejaron 50 personas fallecidas
El colectivo Ca-minando Fronteras ha presentado, hoy jueves 6 de julio de 2023, las cifras del monitoreo de la frontera realizado durante el primer semestre del presente año. Durante esta primera mitad del año, se han registrado 951 víctimas en la Frontera Occidental Euroafricana. Los datos directos de fuentes primarias se han cotejado con fuentes oficiales, comunidades migrantes y organizaciones sociales en terreno con las que Ca-minando Fronteras está en contacto de forma permanente.
En el marco del Observatorio de Derechos Humanos en las Fronteras, los datos documentados son los siguientes:
- 19 embarcaciones desaparecidas con todas las personas a bordo
- 112 mujeres y 49 niños y niñas han perdido la vida en el mar en el transcurso de los primeros seis meses de 2023
- Las víctimas procedían de hasta 14 países diferentes: Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Gambia, Etiopía, Guinea Conakry, Islas Comoras, Mali, Marruecos, República Democrática del Congo, Senegal, Siria, Sri Lanka y Sudán
Una vez más, se han clasificado las vías de acceso a España en cuatro rutas diferentes: i) Ruta Canaria, ii) Ruta de Alborán, iii) Ruta Argelina y iv) Ruta del Estrecho.
De nuevo, la mayoría de las víctimas se han registrado en la Ruta Canaria, puesto que hasta 778 personas han perdido la vida en las 28 tragedias sucedidas en esta ruta. Por su parte, en la Ruta de Alborán, las 2 tragedias documentadas en este período elevan a 21 las personas fallecidas. En cuanto a la ruta argelina, se tiene conocimiento de 8 tragedias que provocaron 102 víctimas. Por último, en el Estrecho, 11 tragedias dejaron 50 personas fallecidas.
En una mirada más detallada al transcurso del semestre, los meses de febrero y junio concentran la mayoría de víctimas, con 237 y 332 personas respectivamente.
Tras la investigación han constatado «un aumento de las causas ligadas a las políticas de control migratorio en detrimento de aquellas relacionadas con las dificultades físicas y de riesgo de las propias rutas».
Omisión del deber de socorro
Entre las causas que han provocado tragedias y víctimas en este período, desde Ca-Minando Fronteras destacan que «se vuelve a constatar la omisión del deber de socorro, la demora en la activación de medios de búsqueda y rescate, la insuficiencia de los medios cuando estos son activados, las malas prácticas durante los rescates y la falta de coordinación entre los Estados español y marroquí, cuyas relaciones se rigen por intereses geopolíticos vinculados al control migratorio en lugar de por la defensa del derecho a la vida».
“Estuvimos horas esperando, suplicando, llamamos a todos lados, a Salvamento, a la marina marroquí, enviamos posiciones, pero nadie venía. El mar es muy grande y a mucho miedo. Rezábamos todo el tiempo para intentar calmarnos, pero no es fácil. Los niños lloraban mucho, no teníamos agua… Las vi morir frente a mi, se iban cayendo al mar y cuando llegó el rescate era muy tarde. Los marroquíes nos tiraron en el desierto, tenía quemaduras y se infectaron, gracias a Dios estoy viva, solo nos queda Dios cuando todos quieren asesinarnos”, asegura F. B, víctima superviviente de uno de los naufragios documentados.
Asimismo, se han documentado casos de vulneraciones de los derechos humanos de las víctimas y de sus familias. Las víctimas supervivientes han sufrido detenciones, desplazamientos forzosos, ataques físicos y retenciones en aplicación de la ley de extranjería. Las víctimas desaparecidas han sufrido la negación del derecho a ser buscadas. Las víctimas cuyos cuerpos fueron encontrados sufrieron enterramientos en fosas comunes, carencia de protocolos de identificación con garantías y ausencia de enterramientos dignos que respetasen las creencias que practicaban en vida.
«Hace ya muchos días que no tenemos noticias de ella. Estamos muy preocupados, esto es muy duro, nosotras hablábamos todos los días. Su familia en el país está muy angustiada. Yo hago todo lo que puedo para buscarla, para intentar saber algo y tener noticias suyas, pero no sabemos cómo ni dónde buscar… Y yo soy quien tiene que informarles a ellos, y no tengo nada que decirles. Ellos siguen teniendo esperanza, pero yo creo que ya no está entre nosotros. Sólo queremos saber” explica A.J., amiga de familiares en búsqueda.
El informe asegura que «las familias sufrieron negación del derecho a la verdad, siendo aún difícil para ellas obtener informaciones de las administraciones públicas que las lleven a efectuar un duelo y recuperar los cuerpos de sus seres queridos en el caso de que hayan sido encontrados. Durante este tiempo ninguna administración pública ha asumido responsabilidades que pudieran llevar a obtener una reparación a las familias y no se ha abierto ninguna investigación por parte de las autoridades para que las familias puedan obtener justicia».
Derechos de las personas fallecidas y desaparecidas
El colectivo señala que «es posible», por parte de las autoridades encargadas de las identificaciones, «aplicar protocolos de respeto a los derechos humanos de las fallecidas en frontera, teniendo en cuenta las especiales circunstancias en las que se dan estas muertes y la vulnerabilidad de las familias».
Pero que por el momento, «seguimos adoleciendo de protocolos transnacionales que den una respuesta rápida a las familias que accedan a la verdad con las mayores garantías posibles y que puedan comenzar el duelo. En este sentido, las relaciones exteriores son clave, pero éstas no deberían estar atravesadas por los procesos de control migratorio y se debería primar los derechos de las fallecidas y sus familiares».
Además, denuncian que «las autoridades de búsqueda y rescate españolas siguen aplicando un sesgo racista en la resolución de estas tragedias, como muestra el hecho de que no se habilitasen labores de búsqueda en el lugar y que hayan sido pescadores quienes fueran encontrando cadáveres en sus redes».
Las cifras oficiales, en duda
A pesar de que el Estado español ha informado de que en este primer semestre del año 2023 las llegadas de personas migrantes se han reducido ligeramente de forma global en las rutas de la Frontera Occidental Euroafricana, y casi un veinte por ciento específicamente en la ruta canaria, «nuestra organización ha constatado que el número de muertes es similar al del mismo período del año 2022», reza el informe.
“Las políticas de muerte llevan mucho tiempo instaladas en la frontera. Pero además detectamos un incremento de la impunidad frente al aumento de las tasas de mortalidad, que deja sin acceso a la reparación y a la justicia de las víctimas y sus familiares. Estas cifras forman parte de un proceso de reconstrucción de la memoria: las contamos para no olvidarlas, las elaboramos para sus familias y las comunidades, como una herramienta para seguir luchando porque las fronteras dejen de ser espacios de no derecho”, destaca Helena Maleno Garzón, coordinadora de Ca-minando Fronteras.
El camino a la reparación y la justicia
Como conclusiones finales, desde Ca-Minando Fronteras apuntan que, «el derecho a la vida de las personas migrantes debe estar por encima de las políticas de control migratorio».
Para ello hay que «aplicar los protocolos de atención a víctimas de tragedias (en el caso del Estado español el Protocolo de Sucesos con Víctimas Múltiples) en los naufragios y respetar los derechos humanos de las personas supervivientes», así como «asegurar que ninguna decisión política de control de fronteras produzca violaciones de derechos humanos».
En esta línea exigen «terminar con la instrumentalización de instituciones democráticas de defensa del derecho a la vida con fines de control migratorio y mejorar los sistemas de coordinación y búsqueda de personas desaparecidas en los contextos de frontera y analizar las causas de cada naufragio para trabajar en la prevención». También proponen una mejora de los protocolos y aumentar la coordinación transnacional en los procesos de identificación de cuerpos de víctimas de la frontera e investigar los casos de violación del derecho a la vida en el cruce fronterizo y depurar las responsabilidades pertinentes.