Abdul Lafit Rashid, presidente de Irak, ha emitido una dura crítica hacia la comunidad internacional por su incapacidad para frenar lo que él califica como un genocidio en Gaza, perpetrado por el ejército israelí. En declaraciones recientes, Rashid expresó que la comunidad global “no tiene esperanza” de detener las acciones violentas y sistemáticas que afectan a la población palestina en la Franja de Gaza.
El mandatario iraquí destacó la gravedad de la situación, afirmando que los “crímenes diarios” cometidos por las fuerzas de Tel Aviv constituyen una violación flagrante de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Según Rashid, la inacción de los países árabes y las potencias occidentales no solo es preocupante, sino que también facilita la continuidad de estos ataques que tienen un impacto devastador en civiles, incluidos mujeres y niños.
Rashid lamentó que, a pesar de la repetición de llamados internacionales para un alto al fuego y la protección de la población civil, la respuesta ha sido insuficiente y tardía. El presidente de Irak hizo un llamado urgente para que la comunidad internacional, en especial los países con influencia política y económica, tomen medidas concretas para detener la violencia y promover una solución pacífica al conflicto.
Además, el líder iraquí criticó la falta de unidad y acción coordinada entre los países árabes, subrayando que esta fragmentación debilita la capacidad de la región para defender a los palestinos y ejercer presión diplomática efectiva sobre Israel. Para Rashid, la pasividad de estos gobiernos ante lo que él considera una tragedia humanitaria solo agrava la crisis y reduce las esperanzas de una resolución justa y duradera.
La situación en Gaza continúa siendo tensa y crítica, con miles de personas afectadas por los enfrentamientos, cortes de suministros básicos, y la destrucción de infraestructura esencial. Las declaraciones de Abdul Lafit Rashid llegan en un momento en que la comunidad internacional se enfrenta a crecientes demandas para intervenir y proteger a la población civil atrapada en medio del conflicto.
