El fuego sigue castigando al noroeste de España sin dar tregua, a pesar de la bajada de las temperaturas. Galicia, Zamora, León y Extremadura se mantienen en alerta por la virulencia de las llamas, que han obligado a evacuar a más de 30.000 personas en la última semana.
En Ourense, el incendio de Larouco se ha confirmado como el más devastador en la historia de Galicia, con 20.000 hectáreas arrasadas. La gravedad de la situación se refleja también en el balance humano: cuatro operarios han resultado heridos durante las labores de extinción, uno de ellos con quemaduras graves.
La magnitud de los incendios convierte a 2025, con más de 375.000 hectáreas calcinadas según estimaciones de Copernicus, en el peor año para los montes españoles desde 2006. En paralelo, el fuego de Jarilla (Cáceres) amenaza con extenderse al valle del Ambroz y ya ha alcanzado la provincia de Salamanca a través de Candelario.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene previsto visitar este martes las zonas afectadas de Cáceres y Zamora para reunirse con los equipos de emergencia y con los vecinos damnificados. Mientras tanto, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha reclamado una respuesta eficaz y sin cálculos políticos en el envío de medios de extinción: “Quiero pensar que el Gobierno de mi país no está haciendo ningún juego político”.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) trabaja sin descanso en los frentes más activos, en un verano que ya se ha convertido en uno de los más duros que se recuerdan para los territorios del noroeste peninsular.
