Hoy se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down. Aunque esta es una de las discapacidades mejor aceptadas entre la sociedad, laboralmente siguen existiendo muchas barreras y prejuicios, que impiden a personas con Síndrome de Down acceder a un puesto de trabajo. Nos gustaría no hacer este reportaje y que lo que acabamos de describir fuese un recuerdo lejano de un pasado ya superado. En otras palabras, preferiríamos que la inserción laboral de personas con Síndrome de Down estuviese totalmente normalizada y aceptada. Por desgracia, no es así.
Por eso, desde El Foro de Ceuta, os queremos presentar a dos ceutíes que tienen Síndrome de Down y que trabajan en dos empresas de Ceuta: Aarón y Germán. Ambos son muy valorados y muy queridos en sus trabajos. Los dos son representan la evidencia de que si a una persona con síndrome de Down se le da la oportunidad de acceder a un puesto de trabajo, puede hacer su tarea igual de bien que cualquier otra persona.
Aarón Fernández: trabajador ejemplar
Aarón Fernández tiene 27 años y trabaja desde hace un año y medio en la tienda de Super Sport de Muelle Cañonero Dato. Antes había tenido otro empleo. Vive con su familia y en futuro queiere independizarse.
Aarón estaba en plena faena junto a sus dos compañeros, Mamadou y Sara, cuando fuimos a entrevistarle. Al poco de estar allí y charlar un rato ya hemos podido percibir que entre los 3 hay mucha camaradería. No sabríamos decir cuál de ellos estaba más contento por nuestra visita.
Aarón lleva ya un año y medio trabajando en SuperSport y antes había tenido otro empleo. Trabaja poniendo alarmas a las zapatillas y ordenando y organizando la mercancía que llega a la tienda. Nos cuenta que hay que ser muy meticuloso. Debe fijarse bien en el modelo, la marca, los números de referencia o el tallaje para que todo esté perfecto. Asegura que el trabajo no es duro y es sencillo una vez que se aprende. Eso sí, hay que mantener la concentración.
Sus compañeros
Cuando le preguntamos por la relación con sus compañeros, comienza por Mamadou. Nos dice que a él lo trata muy bien y que le cae estupendamente. Luego hace acopio de solemnidad y se gira hacia su compañero que había vuelto al trabajo. Levanta la mano a la altura del hombro, junta la llema del pulgar con la del índice a la vez estira el resto de dedos, apunta hacia Mamadou y exclama: «¡Mamadou es un perfecto!» mientras desciende rápidamente su mano hasta la cintura, sin separar los dos dedos, enfatizando su afirmación. Intuimos que quiso decir «Perfecto caballero», pero los nervios propios de una entrevista traicionan a cualquiera.
Sara es su otra compañera. De ella también destaca la buena relación que existe entre ambos. Y es que, como ya hemos dicho, se puede percibir que forman un buen equipo de trabajo. No en vano, Aarón nos confiesa que «Sara es muy cachonda» y afirma que a veces le tiene que recordar que no le busque porque le encuentra, refiriéndose a las bromas que se gastan entre ellos.
También Aarón tiene buenas palabras para sus superiores: Soraya, que es la encargada de la sección en la que trabaja y Juan José, el encargado principal. Cree que le valoran como se merece y le tratan como a uno más.
Aarón tiene 27 años. Sabe que más pronto que tarde le llegará el momento de independizarse y no le desagrada la idea. Eso sí, tiene muy claro que aunque él con «treinta y pico» se vaya a vivir solo, quiere que mantener el contacto con su familia y que le visiten siempre que puedan. Es más, ya se imagina en su casa recibiéndoles para ver partidos de la Selección Española o del Barcelona.
Trabajador ejemplar
Juan José López, el encargado principal de la tienda de Super Sport en la que trabaja Aarón, nos ha comentado que este reúne muchas de las cualidades que una empresa desea en un trabajador. Según López, es honrado, profesional, eficiente, está predispuesto a aprender y actualizarse, y es concienzudo en su tarea. Además destaca también su corrección, su buen trato y su excelente humor.
Sin dudarlo, López lo pone como un modelo a imitar para cualquier trabajador de su empresa. De hecho, nos confiesa que le gustaría que las empresas se animasen a romper con cualquier prejuicio y contratasen a personas con síndrome de Down. Asegura que, ni quiere, ni tiene que convencer a nadie. Solo expresa que desea ver como se animan a darles una oportunidad. Si lo hacen, está seguro de que se convencerán por sí mismos.
Por otro lado, López nos explicaba que la relación con Aarón es, y así debe ser, totalmente normal. No tiene ningún tipo de trato preferencial. Afirma que es tan malo el prejuicio como el paternalismo y que, si de verdad se quiere ayudar de alguna forma a las personas con síndrome de Down, lo que hay que hacer es normalizar las relaciones.
Aarón es uno más en la empresa, con los mismos deberes, derechos y privilegios, porque es así como debe ser. Ni más, ni menos.
Germán: un panadero muy feliz
Germán Belmonte de Quintana, es un chico de 29 años con síndrome de Down que trabaja en Covirán de Plaza de los Reyes desde hace un año y dos meses. German se levanta cada día antes que Isabel, su tía abuela, y mientras ella desayuna él prepara sus cosas, hace su cama y sale de casa con una amplia sonrisa para afrontar sus días. Trabaja de 10 de la mañana a 2 de la tarde y descansa a las 12 tal y como nos cuenta Jon Aurrecoechea, encargado de las tiendas Covirán en Ceuta.
Isabel nos cuenta que Germán se ha vuelto mucho más responsable desde que trabaja y asegura que no quiere ir ni al médico para no perder horas de trabajo. Al salir de trabajar come y escucha música, dibuja y baila, nos cuenta Isabel sonriendo. Cuando le preguntamos por qué es importante la inserción laboral de estos chicos y chicas, nos responde que «trabajar le ha cambiado la vida, se ven responsables y útiles, yo siento mucho orgullo al verle».
El pan siempre en su punto
German trabaja haciendo labores de panadero y ayuda a sus compañeros a reponer las estanterías y a tirar los cartones. Lo hace con una sonrisa y muy concentrado en la labor que cada día desarrolla, consciente de lo importante que es tener un trabajo digno hoy en día. Nos asegura que nunca se le ha quemado una barra de pan y que lo saca siempre en su punto.
Si vas a comprar al super por las mañanas, lo puedes ver con sus compañeros, riendo y gastando bromas a los clientes más asiduos. Germán se confiesa feliz por trabajar y compartir sus mañanas con sus compañeros, en las que suelen tomar café o chocolate con churros juntos. Para su tía abuela es maravilloso verle trabajar y confiesa, muy emocionada, que su madre y su abuela estarían muy orgullosas de ver en el hombre que se ha convertido. Con el sueldo que gana se va de compras y lo ahorra para irse de vacaciones.
Jon Aurrecoechea, nos dice que están encantados con tenerle en plantilla. «Últimamente trabaja él solo, que es lo que nos pidieron, se vale por sí mismo y no tenemos que decirle nada, él sabe lo que tiene que hacer y lo hace estupendamente». Recomienda a las empresas vivir la experiencia, «tienen que contar con ellos porque son uno más, y hacen su trabajo de manera impecable»