Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Jóvenes de Comisiones Obreras en colaboración con la Federación de Servicios a la ciudadanía de Comisiones Obreras de Ceuta, realizamos una serie de reivindicaciones que consideramos de vital importancia para acabar con esta lacra. En esta ocasión, hablamos de los comentarios inapropiados en nuestros lugares de trabajo.
El piropo es todo aquel comentario que las mujeres recibimos bajo la falsa creencia de que nos sentimos halagadas cuando escuchamos la «opinión» de los demás.
La realidad es muy distinta. Cuando las mujeres recibimos esta clase de adjetivos nos sentimos incómodas, intimidadas y en una posición inferior. Además, esta conducta está protegida por la construcción social de que, lejos de ofendernos, debemos estar agradecidas de que se fijen en nosotras. Esto no sólo es una muestra de la nefasta capacidad que tiene la sociedad para diagnosticar y diferenciar nuestras propias actuaciones, también es el reflejo de la normalización de una serie de conductas machistas que influyen en nuestro día a día.
Esta situación se da frecuentemente en nuestros puestos de trabajo, especialmente en el sector hostelero. Las mujeres que trabajan en este sector se ven, en múltiples ocasiones, en situaciones de máxima incomodidad. Piropos, miradas, acercamientos, etc. son sólo algunos ejemplos de las vivencias de estas mujeres trabajadoras.
Desde Comisiones Obreras de Ceuta no sólo denunciamos todas estas conductas, exigimos respeto y concienciación en materia de igualdad dentro de las empresas. El silencio de los compañeros y de los empresarios es cómplice de este tipo de violencia hacia las mujeres, así como las personas que contemplan la situación y callan ante ella.
La misma relevancia tiene la implantación de recursos que faciliten la denuncia ante estas situaciones.
El piropo no es una propina.
Vengo a trabajar, no a que me sexualicen.