Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La organización también identifica retos y avances en la protección de los derechos humanos en España en este periodo
“En un mundo profundamente interconectado, los desafíos que enfrentamos como sociedad global requieren una mayor cooperación y liderazgo comprometidos con los derechos humanos” ha declarado Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional (AI) España en el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Para el director de AI, “la reciente pandemia ya puso de manifiesto la clamorosa falta de gobernanza global y liderazgo, además de la frágil interdependencia y la urgente necesidad de solidaridad entre naciones. Conflictos armados sin resolver durante décadas, parálisis del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, desigualdades sistémicas que amenazan el derecho a la educación o a la salud millones de personas, un cambio climático que representa la mayor amenaza intergeneracional para la humanidad, movimientos migratorios y de personas refugiadas sin precedentes que ven vulnerados sus derechos de manera grosera, tecnologías disruptivas sin control y un aumento en la represión de la protesta pacífica son algunos de los recordatorios dolorosos de los problemas y retos que persisten para los derechos humanos y que sólo se podrán afrontar de manera global».
“El impacto de esta falta de liderazgo global comprometido de verdad con los derechos humanos provoca que los derechos de millones de mujeres, niños y niñas y comunidades marginadas sigan siendo violados, con una discriminación y violencia persistentes. Además, los avances tecnológicos, si bien prometedores, plantean nuevos dilemas éticos a una velocidad vertiginosa. La desigualdad, con sus retrocesos y avances simultáneos dependiendo de las regiones del mundo, la igualdad de género y los derechos LGBTQ+ continúan siendo desafíos cruciales que requieren atención y acción inmediatas” ha añadido.
Retrospectiva y logros en la historia de los derechos humanos
”Tras su adopción, la Declaración Universal de Derechos Humanos se convirtió pronto en un movimiento global de esperanza, incluso más allá de sus intenciones originales, inspirando movimientos anticoloniales y estableciendo un marco sólido para la justicia y la igualdad. 75 años más tarde, y a pesar de todas las dificultades que atraviesa, podemos decir que los derechos humanos han sido un éxito incontestable en la historia de la humanidad” ha asegurado Esteban Beltrán.
“A pesar de la situación desafiante e incierta que vive el mundo hoy, desde 1948 se han experimentado avances significativos en múltiples áreas, como el derecho a la educación y la reducción del analfabetismo en gran número de países, el acceso a la atención médica de más sectores sociales, la igualdad de género, la protección legal contra la discriminación, la prohibición de la tortura, la creación del Tribunal Penal Internacional, el enjuiciamiento y castigo de algunos responsables de crímenes de derecho internacional o los avances en la abolición de la pena de muerte. Y a pesar de algunas críticas iniciales que la tildaban de ser un texto muy influido por Occidente, la Declaración se transformó pronto en un movimiento global que ha influido poderosamente en lograr avances sustanciales para los derechos humanos, incluyendo establecer un marco legal universal de protección a los derechos humanos que, por primera vez en la historia de la humanidad, establece que ´todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos´. Definitivamente, el mundo sería hoy un mundo peor sin los derechos humanos”.
Reimaginar los derechos humanos en un mundo desafiante
“El entorno global actual y sus desafíos mayúsculos son imperativos urgentes que nos instan a repensar y actualizar la Declaración Universal para reflejar las nuevas dinámicas en las relaciones globales entre individuos, Estados y corporaciones, para enfrentar discursos populistas que amenazan con socavar la protección de los derechos fundamentales, o para conjurar las amenazas que los avances tecnológicos disruptivos representan para la salvaguarda de los derechos humanos en un mundo cada vez más digitalizado y complejo.”
“Amnistía Internacional es consciente del reto que se abre por delante y lanzará a principios de 2024 la Comisión 2048, un proyecto de amplio espectro para reimaginar la Declaración Universal de los Derechos Humanos de cara a su centenario. Si la sociedad civil no lidera y presiona para que los derechos humanos avancen, hay pocas probabilidades de que lo hagan los Gobiernos. Esta es una de las penosas consecuencias de la falta de liderazgo global que padece el mundo.”
España: Avances y grietas en derechos humanos
El panorama de los derechos humanos en España ha evolucionado significativamente desde la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, marcando hitos que reflejan un progreso tangible, aunque aún existen grietas por donde se cuelan graves violaciones de derechos humanos en nuestro país.
La educación básica, uno de los pilares de una sociedad justa y libre, se reguló como obligatoria y gratuita en 1970; A partir del establecimiento de la Constitución Española de 1978 han tenido lugar grandes avances en el derecho a la libertad de expresión, en la participación democrática en elecciones libres o la igualdad de género. El Estatuto de los trabajadores de 1980 desarrolló los derechos laborales y el derecho a trabajar contenido en la Constitución. En 1986 se hizo efectivo por ley el derecho a la salud reconocido en la Constitución y se creó el Sistema Nacional de Salud, aunque se han dado en este tiempo retrocesos que no garantizan la universalidad de este derecho. También fue abolida en la práctica la pena de muerte.
Sin embargo, persisten desafíos notables que requieren una atención inmediata. El principal reto de largo plazo para que España de un paso significativo en la protección de los derechos humanos en España es reformar la Constitución, que no ofrece una protección uniforme de todos los derechos humanos, dejando lagunas que limitan la defensa plena de derechos como el acceso a la vivienda o a la salud, entre otros. El derecho a la vivienda, no reconocido como derecho fundamental en la Constitución, tras casi cincuenta años de democracia, ha tenido su primera ley tan sólo el año pasado y ahora necesita ser puesta en práctica.
La reforma de la Constitución es necesaria para asegurar la protección uniforme de todos los derechos humanos. Esta reforma podría representar una oportunidad para alinear la Carta Magna, aún mas, con el cumplimiento de los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por España. Garantizar que los derechos no se vean comprometidos durante crisis económicas u otras situaciones excepcionales y la inclusión de la protección ambiental como un derecho constitucional se plantean como pilares clave de esta posible reforma.
A corto y medio plazo, quedan también retos de envergadura en derechos humanos: revertir el grave retroceso en la libertad de expresión y asociación del año 2015, en el que el Congreso aprobó la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana (LOSC, conocida como ‘Ley Mordaza’) y la reforma del Código Penal, las desigualdades económicas y sociales considerables en diversas regiones del Estado, con cerca del 22% de la población en riesgo de pobreza o exclusión social, o las consecuencias del cambio climático, como las altas temperaturas y las olas de calor, que ponen en peligro la salud y la vida de miles de personas. El área mediterránea es la región que se está calentando a mayor velocidad.
La lucha contra la violencia de género o la violencia sexual, los múltiples obstáculos que se encuentran las personas refugiadas e inmigrantes racializadas que buscan llegar a España huyendo de conflictos armados, de la represión o del empobrecimiento, así como la garantía de acceso a la justicia para las víctimas del Franquismo son otros de los desafíos que siguen requiriendo acciones concretas y urgentes por parte de las autoridades.