Junto a ellos, una veintena de personas migrantes, entre los que se encuentran varones adultos y varias mujeres junto a sus hijos, partían esta mañana desde la estación marítima. Son de distinta procedencia, algunos de ellos llegados durante la crisis migratoria en mayo de 2021
Un grupo de personas migrantes llegaban esta mañana a la estación marítima de Ceuta para poner rumbo a la Península. Son residentes del CETI, de distinta procedencia, y algunos de ellos llegados durante la crisis migratoria en mayo del 2021. En torno a una veintena, la mayoría varones adultos, y un grupo de mujeres que iban acompañadas de sus hijos menores.
Entre este grupo se encuentra Aissata y su hijo Abdu de tres años, cuya historia ya relató El Foro de Ceuta hace un mes. La joven malinense de 26 años se encontraba desesperada, ya que veía cómo el resto de residentes iban saliendo del CETI mientras que pasaban los meses viendo crecer a su hijo en un espacio demasiado limitado para llevar a cabo una crianza.
Sin embargo, la burocracia se volvía una frontera imposible para ellos dos: a la ruta migratoria de miles de kilómetros se le sumaba el periplo migratorio infinito que parecía no terminar. El principal motivo que los retenía en Ceuta era el resultado de unas pruebas de ADN que llevaba tiempo esperando para solicitar asilo junto al pequeño y con el que cuenta desde hacía un mes, pero estaban a la espera de que el permiso llegara desde Madrid.
Hoy este grupo se despide de Ceuta y ponen rumbo a la Península para buscar un futuro mejor, no sin antes despedirse los más pequeños entre abrazos del personal laboral del CETI que les ha cuidado este tiempo. Y aunque con emoción, la realidad es que ninguna de estas personas desea quedarse en Ceuta, ya que nuestra ciudad es tan solo un lugar de paso de toda su ruta migratoria. El lugar al que se dirigen no es relevante, y aunque no será un camino de rosas, tienen muy claro que les ofrecerá más oportunidades que el país del que huyen.