Al menos un centenar de jóvenes y niños marroquíes se lanzaban al mar desde una playa cercana a la frontera a la desesperada y sin ningún tipo de control por parte de la policía marroquí, una actitud posiblemente motivada por la acogida humanitaria del líder del Frente Polisario. El cierre de la frontera desde hace más de un año, ha provocado una crisis económica sin precedentes, además de la sanitaria, que se extiende a un lado y al otro de la frontera y que azota duramente al norte de Marruecos. Así fue la huída desde Marruecos
Desde primeras horas de la mañana de este domingo llegaban a Ceuta nadando decenas de niños y jóvenes marroquíes a través del Espigón del Tarajal. Según las imágenes a las que ha tenido acceso El Foro de Ceuta, estos chicos se habrían lanzado al mar desde una playa cercana a la frontera con Ceuta, sin ningún tipo de impedimento por parte de las autoridades del reino alauita y muchos de ellos sin neoprenos ni aletas.
Según fuentes policiales, al menos dos de ellos habrían fallecido en aguas marroquíes siendo arrastrados hasta la orilla, como es el caso de Cricksh, cuyo cuerpo apareció en la tarde de ayer.
Según los medios locales de la ciudad vecina de Castillejos (F’nideq) el difunto trabajaba en una tienda de comida rápida, estaba casado y tenía una hija pequeña. Además una familia busca a su hijo pequeño de 13 años, del que no tienen noticias desde que se lanzase ayer al mar.
En Ceuta también se vivieron momentos de rescate angustiantes, y al menos tres de los jóvenes tuvieron que ser trasladados al hospital con grandes signos de hipotermia.
El Frente Polisario como posible causa de la pasividad de Marruecos
Según fuentes de toda solvencia consultadas por este medio, esta pasividad de las autoridades marroquíes está directamente relacionada con la decisión del Gobierno español de acoger la entrada de España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por “razones humanitarias” ha acabado por generar un conflicto con Marruecos.
Crisis en Marruecos por el cierre de la frontera
El cierre de la frontera desde hace más de un año, ha provocado una crisis económica sin precedentes, además de la sanitaria, que se extiende a un lado y al otro de la frontera y que azota duramente al norte de Marruecos.
La frontera con Marruecos permanece permanece cerrada. El BOE publicó a principios de mes la ampliación de su cierre hasta, al menos, final de abril y la delegada del Gobierno confirmó ante los medios en febrero que “mientras tengamos la situación que tenemos con la Covid, no se puede abrir la frontera, eso tiene que quedar claro“, por lo que se intuye que su reapertura aún queda lejos en el tiempo, aunque hay algunos rumores que apuntan a que junio podría ser la fecha en la que se recupere la conexión terrestre entre países.
Muertes, llegadas y desapariciones en la Frontera Sur
En el último año, marcado por la pandemia y el cierre de la frontera entre Ceuta y Marruecos, se ha producido un incremento de los cuerpos que aparecen en las costas de Ceuta, la mayoría suelen ser hombres jóvenes de origen marroquí que normalmente intentan alcanzar tierra a nado, a través de los espigones del Tarajal o de Benzú. Algunos de ellos lo consiguen, pero otros tantos desaparecen en el mar, siendo las corrientes las que, en algunos casos, arrastran los cuerpos hasta la orilla.
Los dos últimos cuerpos han sido encontrados este mismo sábado en las orillas de playas de Castillejos y la zona de Beliones.
Según los datos del Informe Frontera Sur 2020 de la APDHA, un total de 1.717 personas perdieron la vida intentado llegar a España durante el pasado año, de las que tan sólo se han rescatado 637 cadáveres, la cifra más alta desde que existen registros.
La APDHA también analizaba en su informe la entrada a nado de muchos jóvenes marroquíes desde Fnideq (Castillejos) a Ceuta. Según la organización, “esto se debe a que desde Ceuta se ha abierto una nueva ruta gestionada por mafias que cobran entre 4.500 y 5.000 euros por persona con destino hacia la península en embarcaciones de recreo o neumáticas, llevando a bordo como máximo hasta unas 6 personas, ya que suelen ser de pequeñas dimensiones y de poca eslora”. Esta nueva modalidad viene motivada por “la fuerte vigilancia que existe en la zona del lado marroquí y por la consecuencia del cierre de la frontera del Tarajal, donde algunos de estos jóvenes trabajaban como porteadores y otros tenían trabajo y lo han perdido por la crisis que azota la zona de Castillejos después del cierre de la frontera”.