La Bahía Sur de Ceuta ha sido testigo en los últimos días de un aumento sostenido en el número de migrantes que intentan llegar a tierra nadando desde Marruecos. Los intentos de cruce a nado no han cesado durante el día de hoy ,ni durante la pasada noche, poniendo en jaque a las patrullas del Servicio Marítimo de la Guardia Civil
Tan solo en la mañana de este sábado, según fuentes consultadas por este medio, confirman el rescate de al menos 20 personas, todos hombres, que iban provistos de cámaras de neumáticos como flotadores para el tránsito. A pesar de los esfuerzos de las patrulleras, muchos han logrado alcanzar la orilla por su cuenta.
Sin embargo, no todos tienen la misma suerte. Debido a esta incesante situación se ha puesto en marcha un dispositivo de búsqueda junto a Salvamento Marítimo, que ha movilizado un helicóptero y a patrullas de tierra del Instituto Armado por la desaparición de al menos una persona en dichas aguas.
Lamentablemente, esta semana ya se han contabilizado tres víctimas mortales por ahogamiento en sus intentos de cruzar hasta la cuidad autónoma. Según las mismas fuentes, en los dos últimos días, las patrullas marítimas de la Guardia Civil han conseguido rescatar a, al menos, un centenar de estas personas migrantes. Alarmantemente, se espera que el número de migrantes que intentan este peligroso cruce siga aumentando en las próximas horas, lo que está poniendo a las fuerzas de seguridad y a los servicios de rescate bajo una presión extrema.
El 90% migrantes de Argelia
Uno de los datos más llamativos es la nacionalidad de estos migrantes. El 90% de los que intentan este cruce y los que lograron llegar a tierra son argelinos. Marruecos, por su parte, ha demostrado reticencia a aceptar a estos ciudadanos, lo que complica aún más la gestión de la situación.
Las fuentes acreditadas sugieren que el aumento de cruces no es casual. «Cuando hay un incremento en este tipo de situaciones es porque Marruecos lo permite», apuntan. Aunque la zona de Benzú también ha visto actividad migratoria, la Marina marroquí se muestra más activa en ese punto. En cambio, en la Bahía Sur, si los migrantes no son marroquíes, generalmente pueden avanzar sin impedimentos.
El protocolo habitual es que las patrullas marítimas de la Guardia Civil española guíen a los equipos marroquíes hasta los migrantes en el agua para que sean recogidos por ellos. Sin embargo cuando observan que la patrullera española los localizan para indicar a las autoridades marroquíes donde están, estos intentan nadar más rápido para evitar ser recogidos y ser guiados de vuelta a zona marroquí.
Además los migrantes están tratando de nadar a más distancia de la costa para no ser vistos y poder entrar dando un rodeo, lo que convierte la travesía en más peligrosa. En esos casos, una vez que entran en aguas españolas, la Guardia Civil tiene la obligación de rescatarlos.
La situación en la Bahía Sur de Ceuta se torna cada vez más compleja
La presión migratoria en los meses de verano ha traído de cabeza a la Guardia Civil. En julio un operación contra las motos de agua que los traficantes usan para transportar migrantes desde Marruecos, se saldó con la intervención de muchas de estas naves. La delegación del gobierno activó un dispositivo de los GRS que se desplegaron en la línea de costa para vigilar y evitar estas llegadas en motos de agua y pequeñas lanchas.
La colaboración en materia de inmigración con Marruecos es determinante y las próximas semanas serán cruciales para determinar cómo las autoridades, tanto de España como de Marruecos, abordarán esta crisis y qué soluciones propondrán para garantizar la seguridad de los migrantes y gestionar el flujo migratorio en la frontera sur de Europa.
Antes de que las condiciones meteorológicas empeoren por la llegada del otoño, los servicios de seguridad auguran que aumentarán los intentos de cruzar a nado.
Las nacionalidades de las personas que intentan acceder mediante el cruce a nado, son mayoritariamente marroquíes que son conducidos hasta Marruecos en cumplimentación del acuerdo de repatriación de personas que intentan cruzar a España de manera irregular. Los nacionales de Argelia, Siria o Yemen son recogidos y tras su identificación ingresan en el CETI de la ciudad autónoma.
Por tierra, a través de la valla, a pesar de las medidas para disuadir los saltos, siguen entrando en grupos pequeños o en solitario personas de origen subsahariano que logran burlar la vigilancia que Marruecos tiene establecida en los bosques cercanos a la frontera. Estos dispositivos de la Gendarmería Real se establecieron fijos después de la retirada de las concertinas hace tres años, que fueron sustituidas por elementos menos lesivos para coronar las vallas que rodean el perímetro fronterizo que separa ambos países en la frontera de Ceuta.