El Open de Australia 2025 llega a su momento culminante con uno de los partidos más esperados del torneo: Carlos Alcaraz se enfrentará a Novak Djokovic en los cuartos de final. Este enfrentamiento tiene una carga emocional y deportiva significativa, pues el joven español busca vengar una de las derrotas más dolorosas de su carrera mientras sigue persiguiendo su sueño de hacer historia en el tenis mundial.
Alcaraz, quien atraviesa un momento brillante en Melbourne, está jugando a un nivel altísimo. Su evolución en el saque y su físico afinado, con la ventaja de haberse ahorrado más de una hora de partido tras la lesión de Jack Draper, lo ponen en una excelente posición para medirse a Djokovic. Sin embargo, enfrente tendrá al serbio, quien ha ido mejorando progresivamente, especialmente desde que Andy Murray se incorporó a su equipo de trabajo.
Este enfrentamiento no es solo una revancha por el oro olímpico perdido en París, cuando Djokovic le arrebató la medalla a Alcaraz en un doble tie break épico. En aquella ocasión, el español no pudo contener las lágrimas al quedarse a nueve puntos de la victoria. Ahora, cinco meses después, ambos se encuentran nuevamente en la pista, con Alcaraz con la oportunidad de convertirse en el noveno jugador en la historia en ganar los cuatro Grand Slams, rompiendo además el récord de precocidad que posee Rafael Nadal.
Con un historial de 7 enfrentamientos previos, de los cuales Djokovic ha ganado 4 y Alcaraz 3, el español buscará imponer su juventud y estilo de juego dinámico. A pesar de que Djokovic tiene más experiencia, sobre todo en partidos largos, Alcaraz ha demostrado que se siente cómodo en esos duelos, lo que le da una ligera ventaja en este tipo de enfrentamientos a cinco sets. No obstante, el serbio, con su renovado impulso, será un rival formidable, y esta batalla promete ser otra guerra épica en la que el sueño de uno podría convertirse en la pesadilla del otro.
Este martes, Alcaraz y Djokovic se medirán por un puesto en las semifinales de Melbourne, con ambos luchando no solo por el triunfo, sino también por demostrar quién tiene el control del futuro del tenis. ¿Será Alcaraz el que cierre viejas heridas o Djokovic el que siga ampliando su legado? La respuesta, dentro de unas horas.