Caballas ha preguntado al Gobierno de la Ciudad si, más allá de endurecer la presencia policial en la calles, se plantea un análisis profundo de las connotaciones sociales que pueda haber sobre el «condenable y lamentable» vandalismo que, prácticamente, noche sí y noche también se traduce en quemas de contenedores y/o vehículos
Mohamed Ali, coordinador general de Caballas, ha interpelado al Gobierno de acerca de si tiene planteado acometer un análisis sobre las «causas» que hay tras los actos vandálicos relacionados con la quema de contenedores y/o vehículos. El localista sospecha que tras estos sucesos podría subyacer un «hartazgo» social, sobre todo, entre la población juvenil que, a su vez, podría deberse a la falta de «expectativas y esperanzas» con la que crecen muchos jóvenes en la ciudad.
Asimismo, Ali ha señalado que, aunque entiende el «arrebato» de exigir «más mano dura» y más presencia policial cuando estos hechos suceden noche sí y noche también, «no se puede poner a un zeta de la Policía al lado de cada contenedor o de cada vehículo aparcado». En este sentido, ha indicado que «conocemos los síntomas de la enfermedad, vamos a analizar cuáles son las causas y si puede haber connotaciones sociales».
El vicepresidente segundo y consejero de Educación y Cultura, Carlos Rontomé, ha señalado que no tiene objeciones a la hora de acometer dicho análisis aunque ha advertido de que sería «un análisis complicado» y, bajo su criterio, no está tan claro que el fenómeno pueda relacionarse con condicionantes sociales asociados a la exclusión o la falta de oportunidades. «En el año 95 Ceuta tenía unos indicadores de exclusión social similares y no se producían quemas de contenedores», ha afirmado.
Además, ha asegurado que esta cuestión no solo es un problema en Ceuta, sino que se trata de un fenómeno que se ha producido en otras ciudades de España y del continente europeo y que, no en vano, hay sociólogos estudiando el fenómeno «desde hace diez años». Así, Rontomé ha apuntado que algunos estudios inclusos hablan de una «moda» con la que los jóvenes buscan «romper las reglas«. Por último, ha insistido en que no se opone a que se lleve a cabo el análisis que reclama Caballas aunque matizando de nuevo que sería un análisis «muy complejo».