El país lleva más de dos meses funcionando a base de decretos que, aunque el presidente del Gobierno no lo sepa cada quince días la ley le obliga a pedir permiso al Congreso para prorrogarlo. Qué ya es delito que no lo sepa, pero que haga pública esa ignorancia es el colmo de los colmos. Por un lado, tenemos más de 25.000 muertos y múltiples conductas solidarias tendentes a ayudar, cada cual, en la medida de sus posibilidades, por el otro un gobierno congestionado por su propio ego e inoperante que tiene la desfachatez de chantajearnos con que si no se aprueba el último estado de alarma iremos al caos y la culpa será de la oposición, como no puede ser de otro modo. Pues no, mire usted; no.
La declaración de estado de alarma hace invernar no solo a la economía sino también a la legislación, incluso ha hecho invernar al Portal de Transparencia, eso unido a que el ejecutivo adopta todas las decisiones sin consultarlas con nadie, bueno si, con esos expertos que a finales de febrero nos decían que en España no habría más que unos pocos casos de contagio, desoyendo hasta cinco informen de la OMS en ese mes; o también que nuestra economía no se vería especialmente afectada. Todo ese coctel explosivo, unido a que evidentemente lo peor, sanitariamente hablando, ya lo hemos pasado me hace pensar que lo mejor para España sería que saliéramos del estado de alarma, que arrancáramos de las garras de este desgobierno la gestión omnipotente que le otorgan los decretos de alarma. Porque no sé si saben que el gobierno aprovecha cada quince días para colarnos algo que poco o nada tiene que ver con la situación, como fue colarnos al Sr. Iglesias dentro del CNI. Y es que con la alevosía y nocturnidad que da tener suspendida la aplicación de la Ley de Contratos del Estado y cerrado el Portal de Transparencia, se están produciendo situaciones que cuando menos llaman mucho la atención, como el hecho de que Sanidad haya destinado más de 300 millones de euros a varias empresas cuya dirección, localidad o CIF no se conocen, o se trata en demasiados casos de empresas cuyo objeto social nada tiene que ver con la medicina, sino con la cosmética y hasta con la construcción; veces también faltan en el BOE datos de contratación como el número de unidades adquiridas. Los datos que chirrían son numerosos. ¿Recuerdan los test chinos fallidos?, pues resulta que se compraron a través de una empresa que se dedica a la compra venta de tintes y cosméticos y que sextuplico su facturación anual con un contrato mediante el cual el gobierno pagó 28 euros la unidad, cuando en China se venden a 3 euros y en el mercado español a 7…
Los datos de la gestión política de la crisis son igualmente desoladores. El presidente se obstina en salir cada sábado en prime al mejor estilo de república bananera en la que parece querer convertirnos, para hacer un ejercicio de me cachis que guapo soy, en el que no nos informa de nada y se limita o bien a desinformar, como cuando nos dice que somos los que más test hacemos mientras en los portales de información mundial sobre la pandemia España es el único país europeo que figura en blanco porque no trasmiten sus datos; o bien teje guirnaldas de flores para poner sobre sus hombros. El comportamiento de sus ministros está en la misma línea, incluso van un pasito más allá introduciendo un tono chulesco, como hizo la Ministra de Transición Ecológica que soltó aquello de que a los hosteleros que no les gusten las medidas que no abran sus negocios, como si no abrir fuera una opción … O el ínclito ministro Ábalos, al que solo le faltaba acodarse en una barra de bar con puro y palillo en la boca al decir que “se habla mucho de los test” pero para qué hacerlos si eso “no asegura la inmunidad” … Con estas dos declaraciones no solo es para desear que decaiga el mando único que impone el estado de alarma, es para salir corriendo del país si pudiéramos. No es de recibo que la oposición o los agentes sociales se enteren por el BOE de las medidas que se van adoptando, sobre todo teniendo en cuenta que el Gobierno no puede aprobarlas sin el consentimiento de la mayoría simple del Congreso, tal y como establece la ley que lo regula.
Portugal, que ya no está en estado de alarma desde el sábado pasado, con un cuarto de población que la española, tiene una tasa de muertos por millón 28 veces menos que España, y como nosotros un gobierno de coalición de izquierdas, pero que trabaja codo con codo con la oposición desde el minuto uno y tiene al frente a una Ministra de Sanidad que ha dedicado toda su vida profesional a la gestión hospitalaria. Nuestro jefe del mando único, el ministro de Sanidad, ha dedicado toda su vida a ostentar cargos públicos de la mano del Partido Socialista de Cataluña y es Licenciado en Filosofía. La Ministra de Transición ecológica contestaba en una entrevista a la pregunta de cómo se explica esa diferencia de resultados que el virus “venía del este y ellos están un poco más al oeste” … Grecia, mucho más al oeste que España tiene una tasa de mortalidad por millón 39 veces más baja que nuestro país. Juzguen ustedes. Yo no quiero más estados de alarma, quiero que se gestione bien tanto la crisis sanitaria, como la económica, y es más que evidente que el estado de alarma no sirve políticamente para eso.