Alvise Pérez Fernández, conocido en el ámbito político como Alvise Pérez, ha emergido como una figura polémica en la política española, fusionando una retórica populista con una estrategia digital agresiva. Fundador del partido «Se Acabó la Fiesta», Pérez ha captado la atención por su habilidad para movilizar a un electorado descontento y por su controversial manejo de la información. Su ascenso meteórico, respaldado por un discurso xenófobo y una creciente base de apoyo entre los jóvenes, ha generado una gran preocupación sobre la integridad del debate político en España
Luis Pérez Fernández, conocido como Alvise Pérez, se ha convertido en una nueva figura polémica en la política española. Nacido en Sevilla en 1990, ha utilizado su formación en Ciencias Políticas y su experiencia en UPyD y Ciudadanos para fundar el partido «Se Acabó la Fiesta», caracterizado por su retórica populista y su manejo hábil de las redes sociales que ha sabido llegar a un segmento poco ilustrado de la vida política española.
Alvise Pérez ha provocado numerosos escándalos que en algunos casos han acabado con varias condenas judiciales por difundir noticias falsas y manipular información. En un caso muy mediático, fue condenado a pagar 60.000 euros al exministro José Luis Ábalos por publicar fotos sin su consentimiento y sugiriendo problemas de salud mental. También fue sentenciado a pagar 7.000 euros a la periodista Ana Pastor por intromisión en su privacidad, al publicar fotos de ella cenando con su esposo, Antonio García Ferreras, insinuando que forman parte de una «mafia».
A pesar del perfil controvertido del personaje, Pérez ha logrado captar una base significativa de votantes jóvenes y descontentos con los partidos tradicionales, con un discurso de criminalización de los migrantes, especialmente en el espectro de la extrema derecha. Utilizando plataformas como Telegram, ha difundido mensajes simplistas y a menudo engañosos que resuenan con su audiencia. Su odio visceral hacia la izquierda democrática y su retórica xenófoba han contribuido a su atractivo entre ciertos segmentos del electorado.
En las elecciones europeas de 2024, «Se Acabó la Fiesta» obtuvo un notable 7.8% de los votos en Ceuta, convirtiéndose en la cuarta fuerza política de la ciudad. Este resultado es significativo en una región con una fuerte presencia de efectivos de las fuerzas de seguridad y el Ejército, un grupo receptivo a los discursos de Pérez. Comparando con otros partidos, su plataforma ha recabado apoyos principalmente de votantes de Vox, pero también de Cs y PP.
Alvise estará en el Parlamento Europeo con tres escaños. Muchos de sus detractores le reclaman sortear los emolumentos que ya recibe de Bruselas como prometió en campaña electoral.
El discurso de Pérez ha erosionado la base de votantes de Vox, frenando su ascenso en diversas regiones, incluida Ceuta. Sin embargo, su éxito electoral deja mucho que desear sobre la integridad del discurso político y la influencia de las noticias falsas en la formación de opiniones y decisiones electorales.
Para extrapolar los resultados de las elecciones europeas a la Asamblea de Ceuta, donde se requiere un mínimo del 3% de los votos para obtener representación, se puede hacer el siguiente cálculo: con aproximadamente 20,000 votos válidos, «Se Acabó la Fiesta» con un 7.8% obtuvo alrededor de 1,544 votos, lo que se traduciría en unos 2 escaños en la Asamblea.
El futuro político de Alvise Pérez dependerá de su habilidad para mantener y expandir su base de apoyo en medio de una creciente polarización política en España. Los grupos democráticos están obligados a plantear políticas fuertes y constructivas que sirvan de escudo para proteger la democracia y evitar que figuras como Pérez ganen relevancia en el panorama político español.