En esta ocasión desde la Plataforma LGTBIQ+ de Ceuta queremos defender la libertad de ser y sentir de todas las personas trabajadoras dentro de su ámbito laboral con la campaña ‘Ámbito Laboral. Sin Prejuicios’. Este escrito viene de la mano de nuestro compañero Antonio Guerrero, técnico en Prevención de Riesgos Laborales.
Pueden observarse en estos días que algunos mensajes tienen referencias a tiempos pasados de lucha por la libertad del colectivo LGTBIQ+, incluso advertencias sobre radicalizacines actuales fuera de toda lógica, desarrolladas por colectivos que se han criado en la libertad y sin ningún tipo de represión; SI, pero es necesario que no desaparezca de la memoria colectiva los esfuerzos que se necesitan para conseguir cuotas de igualdad y libertad y lo fácil que puede perderse todo.
El lenguaje colectivo se incorpora en el imaginario social con el que se piensa socialmente, se crean prejuicios, estos prejuicios realmente responden a una medida defensiva de los débiles ante las dudas y miedos propios de vivir la propia libertad y la propia verdad individual.
Los prejuicios etiquetan a colectivos con atributos no siempre favorables que pueden servir para la inducción a la recriminación y la violencia contra personas por el simple hecho de poseer ciertas características. La agresión es la manera más burda y torpe que practican los simples, pero en esta sociedad debemos evitar, dejando de ser neutrales, que se utilicen estrategias de acoso y discriminación contra las personas que se entienden diferentes.
El espacio laboral, por ser una estructura relacionada con la subsistencia, es un lugar donde las personas que se manifiestan en la diversidad pueden recibir discriminaciones, acosos y violencia psicológica.
Los agresivos están ahí, refugiados en la multitud y la inacción de los observadores, pero la ley protege la vulnerabilidad de la víctima, y es el código penal vigente el mayor garante.
No aceptes vejaciones, no admitas acosos (rechazo, “vacíos”, difamaciones, etc.), responde acudiendo a la los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales, a las Centrales Sindicales o a la Justicia, porque la pasividad refuerza al maltratador.
Si eres testigo, no lo permitas, ayuda a la víctima y nos defenderás a todos, el acoso es un arma letal que, una vez conocida su eficacia, puede ser utilizada para cualquier asunto de la vida.