Amnistía Internacional ha acusado a Israel de llevar a cabo un genocidio sistemático contra la población palestina en la Franja de Gaza. Según el informe titulado «Es como si fuéramos seres infrahumanos», la organización documenta cómo Israel ha sumido a la población en un estado de destrucción continua con total impunidad.
La secretaria general de AI, Agnès Callamard, ha declarado que las conclusiones del informe deben servir como una llamada de atención urgente para la comunidad internacional. «Lo que está ocurriendo es genocidio. Hay que ponerle fin ya», afirmó Callamard.
El informe detalla actos prohibidos por la Convención sobre el Genocidio, incluyendo la matanza de miembros de la población palestina, lesiones graves y sometimiento intencional de su integridad física o mental. Estos actos, según AI, tienen la intención específica de destruir a la población palestina.
Durante los últimos meses, la crisis se ha intensificado especialmente en el norte de Gaza, donde la población enfrenta hambre y desplazamiento constante debido a bombardeos incesantes y restricciones severas de ayuda humanitaria. «Nuestra investigación revela que Israel ha seguido cometiendo actos genocidas, plenamente consciente del daño irreparable causado», añadió Callamard.
El informe se basa en entrevistas con 212 personas, incluyendo víctimas, testigos, autoridades locales y personal sanitario, además de un análisis exhaustivo de datos visuales y digitales. Uno de los testimonios más impactantes es el de Mohammed, quien describe las condiciones apocalípticas en Deir al Balah.
AI concluye que Israel ha incumplido reiteradamente su obligación de proteger a los civiles, incluso en presencia de Hamás en áreas densamente pobladas. La organización denuncia que Tel Aviv ha cometido numerosos crímenes de derecho internacional sin justificación válida.
Desde el inicio del conflicto, el ejército israelí ha sostenido que sus objetivos no son civiles, sino que Hamás utiliza a la población como escudos. Sin embargo, AI ha analizado 15 ataques aéreos que resultaron en la muerte de al menos 334 civiles, incluidos 141 niños, sin encontrar evidencia de objetivos militares.
Un caso destacado ocurrió el 20 de abril, cuando un ataque aéreo destruyó la casa de la familia Abdelal en Ráfah, matando a miembros de tres generaciones mientras dormían. Estos ataques reflejan un patrón de violencia indiscriminada contra civiles, según la ONG.
Amnistía Internacional insta a los gobiernos a tomar medidas enérgicas para juzgar a Israel por estos actos. «La inacción de la comunidad internacional es una mancha en nuestra conciencia colectiva», denunció Callamard. AI exige que los Estados actúen con firmeza para poner fin a este genocidio.
El informe también documenta cómo Israel ha impuesto condiciones de vida insostenibles en Gaza, causando destrucción en infraestructuras vitales y obstaculizando la entrada de ayuda humanitaria. Estas acciones han llevado a una crisis humanitaria extrema, con hambre y enfermedades propagándose rápidamente.
Finalmente, AI pide al Consejo de Seguridad de la ONU que imponga sanciones selectivas a las autoridades israelíes y de Hamás implicadas en crímenes de derecho internacional. La organización ha compartido sus conclusiones con las autoridades israelíes, pero hasta ahora no ha recibido respuesta.