Amnistía Internacional ha publicado hoy un informe introductorio sobre el generalizado y rápido despliegue de tecnologías digitales en los sistemas de gestión del asilo y la migración en todo el mundo, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea
El informe, titulado Defending the rights of refugees and migrants in the digital age, destaca algunas de las novedades claves en tecnología digital relativas a los sistemas de asilo y migración, en particular los sistemas que procesan grandes cantidades de datos, y los problemas de derechos humanos que se derivan de su uso.
“Se trata de un resumen de algunas de las novedades clave en tecnología digital relativas a los sistemas de gestión del asilo y la migración centrado en las crecientes alternativas digitales a la detención, como las tecnologías de externalización de fronteras, el software de datos o los sistemas de tomas de decisiones biométricos y algorítmicos”, ha manifestado Matt Mahmoudi, asesor de Amnistía Internacional sobre Inteligencia Artificial y Tecnología de Derechos Humanos.
“La proliferación de estas tecnologías amenaza con perpetuar y reforzar la discriminación, el racismo, y la vigilancia desproporcionada e ilegal contra las personas racializadas.”
Estas tecnologías se están convirtiendo cada vez más en un motivo de preocupación en materia de derechos humanos, ya que los Estados las utilizan de maneras que violan sus obligaciones en materia de derechos humanos respecto a las personas refugiadas y migrantes.
Naturaleza del despliegue de tecnología digital
El informe documenta la manera en que gobiernos de todo el mundo han desplegado tecnologías específicas en sistemas de asilo y migración.
Las autoridades fronterizas de Estados Unidos han utilizado el Programa de Supervisión Intensiva de la Apariencia (ISAP, por sus siglas en inglés) y el Programa de Vigilancia Electrónica de Dispositivos para vigilar a personas migrantes y solicitantes de asilo liberadas de la detención, con el argumento de que la intención es proporcionar opciones de liberación para estas personas.
Sin embargo, estos productos se han vinculado a violaciones de derechos humanos.
El informe también destaca el despliegue por parte del gobierno estadounidense de infraestructura “inteligente” de vigilancia, como las torres de vigilancia gestionadas por inteligencia artificial a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, que aumenta el riesgo de aplicar perfiles contra personas negras, latinoamericanas y otras comunidades racializadas.
En Reino Unido se ha utilizado el “etiquetado” electrónico obligatorio de tobillo para vigilar a todas las personas extranjeras que se enfrentan a la deportación, mientras se ha propuesto el uso de un seguimiento mediante relojes inteligentes que permiten el reconocimiento facial.
La Unión Europea (UE) ha desplegado vigilancia aérea en tiempo real y drones sobre el Mediterráneo central para identificar embarcaciones con personas refugiadas en el mar y coordinarse con las autoridades libias para impedirles llegar a las costas europeas.
El sistema automatizado de control de fronteras financiado por la UE, denominado iBorderCtrl, se probó en Hungría, Grecia y Letonia. El proyecto utilizaba un sistema de “detección de mentiras” basado en la inteligencia artificial para entrevistar a quienes trataban de cruzar fronteras, al tiempo que evaluaba los detalles más diminutos de sus expresiones faciales utilizando tecnologías de reconocimiento facial y emocional. Si el sistema considera que la persona en cuestión ha contestado sinceramente a las preguntas planteadas, le proporciona un código que le permite cruzar la frontera.
El informe muestra también la forma en que Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Noruega y Reino Unido están introduciendo cada vez más leyes que permiten la confiscación de teléfonos pertenecientes a solicitantes de asilo con el fin de corroborar sus testimonios al procesar sus expedientes de asilo.
Impacto discriminatorio en personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo
Estas tecnologías están reforzando la exclusión y bloqueando la circulación de personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas negras, musulmanas y de otros grupos racializados.
Están construyendo regímenes fronterizos que discriminan basándose en la raza, el origen étnico o nacional y la ciudadanía.
Por ejemplo, la Unión Europea (UE) ha ampliado virtualmente sus fronteras en el Mediterráneo y en las regiones de tránsito en África mediante una diversidad de tecnologías que le permiten vigilar sus movimientos paso a paso.
“Las tecnologías digitales están reforzando regímenes fronterizos que afectan de forma desproporcionada a las personas racializadas. El racismo inherente está profundamente arraigado en los sistemas de gestión de la migración y el asilo”, ha manifestado Charlotte Phillips, asesora de Amnistía Internacional sobre derechos de las personas refugiadas y migrantes.
“Estas tecnologías tienen sesgos y errores inherentes que amenazan el derecho a no sufrir discriminación y otros derechos humanos.”
La responsabilidad de los Estados de proteger los derechos de las personas migrantes y solicitantes de asilo
El informe recomienda que los Estados deben:
- proteger los derechos de las personas en movimiento absteniéndose de utilizar tecnologías que sean contrarias a los derechos humanos y garantizando que las tecnologías digitales abordan el racismo sistémico, la xenofobia y la discriminación;
- prohibir el uso de herramientas de reconocimiento de emociones basadas en la inteligencia artificial, especialmente en el contexto de la migración, el asilo y la gestión del control de fronteras;
- llevar a cabo evaluaciones de impacto en los derechos humanos y en la protección de datos antes de desplegar tecnologías digitales;
- prohibir la evaluación de riesgos automatizada y los sistemas de establecimiento de perfiles en cuestiones de migración, gestión del asilo y control fronterizo;
- prohibir todo uso de tecnologías predictivas que puedan amenazar indebidamente el derecho al asilo.