Tras la tempestad del pasado lunes 24M, llega la calma tensa a una ciudad que ahora se encuentra resquebrajada en su convivencia. La irrupción de un partido de ultra derecha en Ceuta ha provocado un malestar generalizado entre la población musulmana, que se ha convertido en la diana de un partido supremacista. Tras la tempestad, ahora llega el momento de analizar qué ha pasado para que, casi 2.000 personas, en su gran mayoría musulmanas, se congregasen en la Plaza de África para clamar respeto a su españolidad. En El Foro de Ceuta, lo analizamos de la mano de Enrique Ávila, Mohamed Mustafa, Julio Basurco y Josué Villada Jiménez, sociólogos y politólogos ceutíes miembros de la Asociación de Sociología y Ciencias Políticas de Ceuta
Abascal vino a Ceuta durante la crisis humanitaria y migratoria, en la que entraron a Ceuta por el espigón del Tarajal y de Benzú unas 8.000 personas -según datos oficiales de Delegación del Gobierno-, el líder de la ultraderecha acusó a los musulmanes ceutíes de ser «quintacolumnistas» de Mohamed VI y de estar «infiltrados» entre los ceutíes no musulmanes. Cuatro días después, Abascal decidió volver a Ceuta.
Esta vez había, la extrema derecha había convocado un mitin y en las redes sociales se había convocado una manifestación antifascista, que iba a coincidir en el mismo punto. Las dos convocatorias fueron prohibidas expresamente por la Delegación del Gobierno, alegaban que no era momento «de tensar más la situación y crispar la pacífica convivencia de los ceutíes”. Una prohibición que fue ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), al “aceptar el desistimiento de VOX en el recurso contra la prohibición de la concentración” en la Plaza de los Reyes. Pero este último ataque no ha sido el único, desde que Vox entró a la vida política local su discurso se ha centrado en acusar de promarroquíes a socialistas y localistas, y a sus votantes, también ha perseguido a feministas o asociaciones de derechos humanos y ha vetado a medios de comunicación no afines; sin olvidar los mensajes de WhatsApp que se filtraron y que fueron publicados en El Foro de Ceuta, y que se atribuían a la cúpula de Vox Ceuta.
Hablamos con Enrique Ávila, Mohamed Mustafa, Julio Basurco y Josué Villada, politólogos y sociólogos ceutíes, para analizar las causas que han llevado a gran parte de la población musulmana, y a algunos no musulmanes -pocos-, a estallar contra este ataque continuo a unos determinados grupos sociales (musulmanes, hindúes, hebreos, feministas, asociaciones…), por parte de un sector determinado de la población.
Mohamed Mustafa, politólogo: «Mucho antes de la aparición de Vox en nuestra ciudad, ya vivimos crisis racistas»
Para el politólogo Mohamed Mustafa, «quedarse en las últimas declaraciones del líder de la extrema derecha como el único motivo que ha llevado a miles de ceutíes a expresar su repulsa a todo lo que supone Vox es un análisis miope y que no nos ayudará a revertir una fractura social que ya es incuestionable».
Mustafa asegura que «es cierto que la extrema derecha ha logrado que el discurso del odio (y en consecuencia, la ruptura social) haya gozado de un crucial respaldo institucional debido a su gran resultado electoral, consiguiendo que unas tesis racistas sin precedentes se expresaran, además, a través de la aprobación de unos presupuestos históricos sustentados sobre un profundo anti-feminismo, la criminalización de las ONGs y el rechazo de todo lo que «oliera a musulmán»».
«Sin embargo -recuerda- no es menos cierto que, mucho antes de la aparición de Vox en nuestra ciudad, ya vivimos crisis racistas de graves implicaciones que siempre se cerraron en falso. Podemos recurrir a la crisis de las chirigotas racistas que hicieron que Ceuta tuviese una de las manifestaciones más numerosas de nuestra historia, como lo ha sido también la recientemente celebrada el 28F; también podemos acudir a las numerosas declaraciones públicas de diferentes cargos de nuestro gobierno señalando al colectivo musulmán como un problema para Ceuta: en unas ocasiones señalándolo como una población “foránea”, en otras como un otro inasimilable y en otras como un potente riesgo para la seguridad».
En este sentido, el politólogo reprocha que «en todas estas ocasiones, o puntos de fricción, jamás se produjo un cierre institucional que marcase como línea roja la concepción de una Ceuta diversa que requiere de políticas públicas concretas y específicas. Siempre se ha preferido callar porque resultaba incómodo verse en el espejo o porque electoralmente se transitaba por un camino «complejo»».
«Todos, partidos políticos, Instituciones, sociedad civil y demás actores, hemos hecho un ejercicio mántrico para convencernos de que la mera inercia lo solucionaría todo. Error. La distribución diferencial de las riquezas, del trabajo, del espacio socio-urbano, dibuja una Ceuta rota, dividida con dos bolsas poblacionales bien diferenciadas: una que vive muy bien y la azotada por las desigualdades» asegura el experto.
Según explica Mustafa, «el mero hecho de no reconocer este caldo de cultivo tan negativo, además de generar más frustración entre quienes lo sufren, genera un peligrosísimo sentimiento de humillación sostenida. O trabajamos para revertir estas bochornosas condiciones sociales o estaremos condenados a fracasar una y otra vez. Si queremos una paz social duradera, habrá que mirarse bien hacia dentro e implementar una verdadera justicia social. Lo demás es posponer la próxima crisis de “convivencia”».
Enrique Ávila, sociólogo: «Han ido sembrando la semilla del enfrentamiento entre ‘moros y cristianos’, como si de una cruzada se tratase»
El sociólogo Enrique Ávila, afirma que «el uso de la violencia como coacción debemos reprobarlo, eso creo que debemos tenerlo claro. Ahora bien, a los responsables políticos le debemos exigir responsabilidad, y en este sentido el señor Abascal no ha demostrado mucha».
Para el experto, «no es admisible que alguien que ha estado en Ceuta cuatro veces, y de pasada, venga a decirnos quién es español y quién no» y es que, el sociólogo recuerda que «el pueblo de Ceuta es tan soberano como el que cualquier otro lugar de España, y lo que votamos en las elecciones locales es tan legítimo como lo que se vota en las legislativas. La misma legitimidad tiene la diputa en el Congreso, que es de VOX, como los miembros de la Asamblea».
«Nuestra Constitución tiene un artículo 14 que es la piedra angular de la convivencia en nuestra sociedad, aunque algunas veces parezca que no está en vigor. Si VOX se presenta como “Constitucionalista” debe respetar los 169 artículos, 14 incluido«, reprocha Ávila.
Según el sociólogo, «llamar quintacolumnistas a representantes legítimos de la voluntad popular en Ceuta es un grave insulto. A ellos, a sus votantes, y a la población de Ceuta en general. Personalmente creo que los máximos responsables son los dirigentes de VOX en Ceuta, que no acaban de comprender que cuando ocupas un escaño en la Asamblea eres representante de toda la sociedad, sin distinciones».
En esta línea, recuerda que «Vox lleva dos años poniendo en duda la españolidad de parte de nosotros sólo en base a la religión, la vestimenta, la zona donde resides. En este sentido, han ido sembrando la semilla del enfrentamiento entre ‘moros y cristianos’, como si de una cruzada se tratase».
Ávila entiende «el hartazgo de mis convecinos musulmanes, si pudiera les diría que a mi los de VOX tampoco me consideran cualificado para emitir un juicio razonable sobre la situación, ya que “no soy de aquí» y en su mentalidad no soy digno de pertenecer a su club», pero apunta que «ese hartazgo no puede convertirse en explosiones de violencia, que les hacen el juego a VOX. Se llevan la foto que buscaban».
Julio Basurco, politólogo: «En Ceuta, el voto a los de Abascal es un voto eminentemente racista e islamófobo»
«Si un candidato relevante a la presidencia de Estados Unidos afirmase que los ciudadanos negros no son verdaderos americanos, el país saltaría por los aires. Seguramente, habría que remontarse a los tiempos de la segregación racial para encontrar algo parecido, ni a Donald Trump se le ocurrió ser tan explícito en su racismo. Bien, mientras que la población negra estadounidense constituye aproximadamente un 15% de la población total, en Ceuta, el colectivo musulmán alcanza el 50%» explica el politólogo Julio Basurco.
Basurco se remonta a hace dos años, «desde la irrupción de Vox en la escena política hace ya más de dos años, antes existía, pero era marginal, los ataques a los musulmanes han sido constantes y cada vez más subidos de tono. En Ceuta, el voto a los de Abascal es un voto eminentemente racista e islamófobo. Y hablamos de la tercera fuerza política de la Asamblea, con el 22% de los sufragios, y de la ganadora de las Elecciones Generales en la Ciudad».
Para el politólogo este resultado electoral significa que «hay un porcentaje importante de ceutíes que ha expresado claramente en las urnas que no desea convivir con la mitad de sus vecinos. Hay que recalcar, además, que esta mitad de los vecinos es, precisamente, la mitad más golpeada por la desigualdad social. El desempleo, la precariedad, la pobreza, el fracaso escolar y la marginalidad recaen, de manera muy mayoritaria, sobre el colectivo islámico«.
Según Basurco, «la tan cacareada “convivencia” se sustenta, en realidad, sobre una arquitectura social profundamente jerárquica y compartimentada, donde unos viven muy bien a costa de que otros vivan muy mal. Una ultraderecha racista fuerte en un contexto así sólo puede conducir a una explosión que, de hecho, no se ha producido aún», advierte el experto.
Para el politólogo, «la del lunes fue una concentración pacífica que terminó, como tantas otras a lo largo y ancho del país y del mundo, con una minoría tirando piedras y rompiendo mobiliario urbano. Durante dos años, la población musulmana ha dado una lección de civismo, soportando insultos y provocaciones deleznables ante el silencio cómplice de la mayoría social» remarca, recordando que «en febrero de 2020, tras la filtración de los chats racistas de Vox, se produjo la manifestación más multitudinaria de los últimos años en la Ciudad. Miles de personas salieron a expresar su condena al racismo y su apuesta por la convivencia«. «Sin embargo -lamenta-, el porcentaje de ciudadanos no musulmanes fue meramente testimonial, al igual que en movilizaciones anteriores en la misma dirección».
Sobre los altercados, asegura que «quienes se han llevado las manos a la cabeza por unas flores arrancadas ejercen una actitud, cuando menos, hipócrita. Lo extraño es que no hayamos tenido que lamentar, antes, episodios verdaderamente dramáticos. Si no queremos hacerlo, no basta con lanzar llamadas a una convivencia unidireccional y ventajista, sino optar por una postura activamente antirracista que haga ver a los musulmanes ceutíes que no están solos ante el odio de un partido supremacista».
Josué Villada Jiménez, sociólogo: «Las manifestaciones de Ceuta responden al miedo justificado en la pérdida de una estabilidad de convivencia, económica, política y cultural»
Las manifestaciones son las expresiones de los sentimientos de quienes participan. Podríamos preguntarnos qué lleva a la gente a salir de su entorno y expresar sus emociones.
Es más, podríamos preguntarnos qué lleva a una comunidad a la expresión conjunta y diferenciada, posteriormente habrá que valorar si representan a una mayoría o no, de sus aflicciones. Diría, en el caso que nos atañe, que entran en juego dos factores: el miedo y el reforzamiento social.
El miedo es una intensa sensación desagradable que tiene su origen en la percepción de peligro, real o no, presente, futuro o pasado. El reforzamiento social, sería la motivación suficiente de los individuos que sienten valorados positivamente sus actos.
Las manifestaciones de Ceuta responden al miedo justificado en la pérdida de una estabilidad de convivencia, económica, política y cultural, entre otras, acompañado de diferentes formas de interpretar el orden de los valores humanos. En estos días, hemos visto que la vida humana ha sido relegada al último puesto del ranking de prioridades de muchos. Sin embargo, dichos valores han de ser reestablecidos desde la entrega desinteresada hacia los demás.
Ahora entiendo porquai vivas quiere irse,lo he dicho siempre, es un hombre sabio que echaremos de menos,senoras y senores,a los que votan por vox,a la hora de votar piensalos MUY BIEN,VAIS A INCENDIAR LAS CALLES DE CEUTA,ESTA BIEN DE HABLAR DE PAZ Y CONVIVENCIA,PERO A LA HORA DE LA VERDAD,MUESTREN EL LADO MAS OSCURO DE VOSOTROS. LO REPITO OTRA VEZ,NO DEJEN QUE ESTE ENERGUMENO POLUA EL AIRE.