Después de setenta y tres días privado de libertad, parece que todo transcurre como una balsa de aceite en la ciudad. El desempleo, la falta de industria, la analfabetización, la pobreza o la sanidad precaria, entre otros muchos problemas, parecen haber desaparecido gracias a que Guerrero ahora mismo está fuera del panorama político. Existe una aparente calma.
Todo de un plumazo parece haberse solucionado, la culpa del desastre la tiene Javier. Y todos los males los producía él. Ahora todos los ceutíes pueden respirar y vivir contentos y felices, porque la causa de todos sus males, está donde está. En prisión.
Ironía, hablo desde la ironía, claro. No creo que nadie crea que el desastre que hay en nuestra ciudad haya sido provocado por este hombre que es la bondad personificada y así lo califican los que de verdad lo conocen, incluidos pacientes a los que atiende. Dicen que siempre ha sido una persona a la que le gusta ayudar a cambio de nada. Siempre lo ha hecho. Y yo creo que posiblemente eso es lo que lo ha llevado al lugar en el que se encuentra. Hoy en día la bondad no está bien vista, porque te convierte en un blanco fácil. En este mundo de pirañas y trepas, no es lo más aconsejable. Para sobrevivir aquí, hay que ser despiadado, como ellos, hipócritas, y no decir nunca lo que se está pensando, en definitiva, en este círculo no puedes ser transparente ni decir la verdad, porque la mentira es la herramienta más usada por todos y no puedes ni debes ser diferente, tienes que ser uno más de lo mucho que ya hay. Aquí ser distinto se paga y muy caro. Él lo sabe.
Poco o ya nada se habla de lo que originó que Javier entrara en la cárcel. De aquello tan malo que hizo, según algunos, ya ni se menciona. Parece que todo esto le ha venido muy bien a unos cuantos que comienzan de nuevo a estar nerviosos al ver que la puesta en libertad del médico está cada vez más cerca. No sabemos qué ocurrirá cuando salga. No sabemos si hablará de todo con la claridad con la que nos tenía acostumbrados, ahora mismo todo está en el aire, todo es un interrogante. Ojalá hable sin tapujos y sin miedo, eso es lo que todos queremos.
¿Qué espera Ceuta de los políticos que tenemos ahora mismo? Si los ceutíes no quieren cambios, que voten a los de siempre. Pero, si lo que quieren es algo nuevo, deben espabilar de una vez. Cada día son más los escándalos que salen a nivel nacional y en Ceuta después de un montón de años, no se ven cambios (para bien, porque para mal, sí) y con lo que tenemos ahora mismo para elegir, es que dan ganas de llorar. No entiendo cómo la gente da a los mismos de siempre una y otra vez oportunidades que éstos no aprovechan. Ya es hora de dejar paso a otros que por los menos lo intenten y que no lleven consigo un lastre.
Hay que mirar de cerca el presente que estamos construyendo, porque debe parecerse al futuro con el que soñamos.