No se trata de encadenar mi creatividad. La afición de unos muchos a sabotear el trabajo de otros pocos muestra la mediocridad de una sociedad carcomida por la envidia. A diario buscan un chivo expiatorio al que poder -como el cabrero- encular. ¿En mi caso? Sigo instalado en mi (cha)bola mental. ¡Un ocupa en toda regla!
¿Expropiar? ¿Estatalizar? ¿Municipalizar? ¡El mejor Estado es el que no existe! [Reagan]. Nunca llueve a gusto de todos. Tranquilo, ¡la tormenta ácida está a punto de llegar! ¿Privatizar? ¿Externalizar? ¿Concesionar? La pensión como derecho nunca cotiza en una semidemocracia. Leche descremada. ¿Has pensado alguna vez en matar a tus vecinos a machetazos? Ellos tampoco, aunque consideres que son un grupo étnico que se apodera poco a poco de “tu” país.
Se ignora el viejo (re)sentimiento social de una España polarizada por las cunetas y la falt(l)a de memoria. Quizá la búsqueda del “mitificado” coltán en tierras íberas ayude a desenterrar los restos de la historia de los escombros [en su doble acepción]. ¿Usted se abstiene de opinar? Su tesis (no) puede ser más ridícula que (ninguna de) las otras.
Es un SOBERANO el que (n)os gobierna. Y como todos los dirigentes, hace del país un estadio de fútbol para ser aclamado por los nacionalistas y fomentados: Copa Mundial de la FIFA Qatar. ¡Qué importan los muertos! El gran capital es apátrida. Entonces, ¿en qué quedamos? Fácil. Renuncia a los derechos civiles (migración, acogida, medio ambiente, mujeres, minorías) y los derechos sociales clásicos (trabajo, vivienda, bienestar). Y ¿después? Sumisión cultural al liberalismo libertinaje: ¡A follar, que el mundo se va a acabar!
Concedido y no concebido, como un hijo en adopción. Asumir que es propio cuando la genética afirma lo contrario. Apátrida. Monstruosidades le(g)ales. Si no has notado que el blogque(r)o existe es porque no pasaste por Miami y La Habana. ¿Es una crítica? No, tan solo un (in)sulto.
Decidí girar antes de caer por los acantilados de Bruselas; aquellos donde se suicidan la opinión pública y el sentido común. ¿Exasperación? Puede ser, tras ver cómo golpean en las paredes de d(n)ichos acantilados oleadas de migrantes mientras la marea sube al atardecer. ¡Qué bella es la puesta de sol tintada del negro azulado del “no sé por qué”!