Todos la sufrimos, todos lloramos desde casa, muchos perdieron a sus seres queridos sin poder despedirse de ellos. Parecía estar viviendo dentro de una película de terror. Ellos nos decían que nos quedáramos en casa, por nuestra seguridad y por la de todos. Cada tarde a la misma hora, salíamos a nuestras ventanas y balcones para decirles que estábamos con ellos, para hacerles saber que estaban cumpliendo con una labor extremadamente difícil y muy peligrosa porque también nos abandonaron muchos profesionales sanitarios en aquella maldita pandemia que acechaba en todo el mundo. Siempre quedarán en nuestras mentes.
Pero ellos, solo ellos y sus familias saben de verdad lo que padecieron. Hoy después de más de tres años transcurridos desde aquel día en el que quedamos confinados, a excepción de los servicios de primera necesidad, aquellos que salían a alabarlos por su buen trabajo, hoy los dejan tirados, abandonados y no les hacen ni caso. Después de miles de bajas para gestionar el estrés y ansiedad y del fuerte impacto que supuso esta pandemia en estos profesionales, ni los escuchan.
Nuestra ciudad y su hermana Melilla cuentan con las ratios más bajas de médicos por habitante de toda España y la Unión Europea las ha calificado como los peores sistemas sanitarios de todo el estado.
Desde el mes de marzo estos facultativos se encuentran en huelga. Dicen que tienen una sobrecarga de trabajo en determinadas áreas y también añaden que es muy difícil traer, así como retener al personal médico, por lo que las listas de espera se duplican y por ende son muchas las intervenciones quirúrgicas las que son canceladas. De este modo los pocos médicos que prestan sus servicios hacen muchas más guardias de las que deberían, suponiendo agotamiento y a pesar de su implicación, es imposible ofrecer la calidad necesaria que los pacientes deben tener.
El sindicato médico tras tres reuniones y 16 horas de negociación, comprobó que no hay en la actualidad ninguna intención de llegar a ningún acuerdo, por lo que afirma que se siente engañado y defraudado, pero este problema no es de ahora, viene de hace muchos años atrás. Ningún presidente del país le ha dado solución a lo que viene arrastrando nuestra ciudad autónoma. El partido Popular lleva más de veinte años gobernando en Ceuta y ha sido incapaz de dar un paso al frente y atajar este grave problema que afecta de forma directa a los ceutíes. Los facultativos de ambas ciudades sufren un empeoramiento y agravio comparativo objetivable en relación al resto del país, desde hace dos décadas. Los médicos que se forman en Ceuta huyen en busca de mejores oportunidades, ya que ni el Gobierno local ni Delegación del Gobierno son capaces de aunar criterios ni tampoco de sentarse a dialogar para conseguir que el sistema sanitario mejore.
Todos aquellos aplausos, se han ido disipando con el paso del tiempo, se han ido olvidando. Ellos que dieron sus vidas por nosotros y ahora reciben solo un desplante. Decir a los ceutíes que son ellos los que tienen que reclamar una buena sanidad y todo pasa por apoyar a los que lo han dado todo. Es una lucha de todos. La sociedad, esa que aplaudía, debe exigir una mejora y apoyar esta causa que le perjudica per se. Debe dar un paso al frente para que vean que no están solos, hay que hacerles saber que sin ellos el sistema no funciona. Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos.