El Congreso de los Diputados ha aprobado recientemente la Ley de Eficiencia Judicial, un proyecto que busca reformar profundamente el sistema judicial español. Esta ley, impulsada por el PSOE y sus aliados, ha sido aprobada con mayoría absoluta, aunque ha encontrado la oposición de partidos como el PP y Vox.
Uno de los aspectos más destacados de esta ley es la transferencia de competencias en violencia sexual a los Juzgados de Violencia sobre la Mujer. Se ha establecido un plazo de nueve meses para que estos juzgados asuman dichas competencias, en cumplimiento de la ley del ‘solo sí es sí’. Además, se garantiza la justicia gratuita para las víctimas de violencias sexuales.
Otro cambio significativo es la eliminación de la ‘golden visa’, que hasta ahora permitía obtener permisos de residencia mediante inversiones significativas en España. Esta medida busca evitar la especulación inmobiliaria y fomentar un mercado más accesible.
Durante el debate parlamentario, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, destacó la importancia de esta reforma, calificándola como un «paso decisivo» en la modernización de la justicia. Sin embargo, el PP ha criticado la ley, considerándola un «decreto-ley ómnibus» que incluye medidas ajenas al objetivo principal de la reforma.
Por su parte, Podemos ha reconocido avances en la ley, pero ha señalado la falta de medidas para la protección de derechos laborales. El PNV y Bildu han mostrado su apoyo, aunque han expresado el deseo de haber tenido más tiempo para discutir el texto.
En contraste, la portavoz de Justicia del PP, María Jesús Moro Almaraz, ha pedido devolver el texto a la Comisión de Justicia, argumentando que la ley no moderniza ni mejora la justicia de manera efectiva. Asimismo, el diputado de Vox, Juan José Aizborbe, ha criticado la rapidez con la que se ha tramitado la ley, acusándola de estar llena de consignas ideológicas.
Finalmente, el pleno también ha aprobado el incremento de la cuota de España al Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque con divisiones dentro del Gobierno de coalición. Mientras el PSOE apoyó la medida, Sumar se abstuvo, reflejando las tensiones internas.
En resumen, la Ley de Eficiencia Judicial representa un intento significativo de modernizar el sistema judicial español, aunque no está exenta de controversias y desafíos políticos.