El cuerpo de Abdellatif Akhrif, jugador del equipo de fútbol IRT Tánger, fue encontrado en aguas argelinas hace cinco meses. A pesar del tiempo transcurrido, el régimen de Argelia sigue negándose a repatriar sus restos a Marruecos para que puedan recibir sepultura en su tierra natal, una decisión que ha generado indignación en el entorno deportivo, social y familiar del fallecido.
La situación ha causado consternación, especialmente por tratarse de dos países vecinos con profundos lazos históricos y culturales. Marruecos y Argelia comparten una herencia común, incluida su mayoría de población musulmana, lo que agrava la incomprensión, ya que en el Islam el entierro rápido y digno es una obligación religiosa fundamental.
Tensiones políticas y humanitarias
La negativa de Argelia a entregar el cuerpo de Akhrif refleja el difícil contexto diplomático entre ambos países, cuyas relaciones se han deteriorado de manera significativa en los últimos años. Para muchos, este gesto es una prueba de cómo las tensiones políticas afectan incluso las cuestiones humanitarias más esenciales.
El mundo del fútbol y su familia exigen respuestas
La familia de Akhrif, junto con aficionados del IRT Tánger y diversas figuras del fútbol marroquí, han expresado su dolor y frustración por la negativa de las autoridades argelinas. «Abdellatif no solo era un hijo, era un compañero, un ídolo para muchos y un símbolo de lucha en el deporte. Es desgarrador que no podamos darle el adiós que merece», declaró un allegado.
Aficionados y jugadores del IRT Tánger han rendido homenaje a Akhrif en varios encuentros recientes, portando pancartas y camisetas con mensajes de apoyo a su familia y exigiendo la repatriación de su cuerpo.
Un llamado a la humanidad
Organizaciones sociales y deportivas han pedido a las autoridades argelinas que reconsideren su postura y permitan que Akhrif sea enterrado en Marruecos. «Más allá de las disputas políticas, este es un tema de humanidad y respeto por los muertos», señaló un representante de un colectivo de derechos humanos en Tánger.
Mientras tanto, la espera continúa, sumando un capítulo más de dolor para la familia y amigos de Akhrif, que solo desean despedir al joven deportista de manera digna y conforme a las tradiciones de su fe y cultura.