El anuncio realizado por el Gobierno de Argentina marca un cambio significativo en la estructura tributaria del país. La disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) forman parte de un plan más amplio para reducir el tamaño del Estado y eliminar estructuras consideradas ineficientes.
Reducción de Costos y Burocracia
Según el comunicado oficial, la nueva agencia ARCA contará con una estructura más simple y menos costosa, lo que permitirá al Estado ahorrar aproximadamente 6.400 millones de pesos anuales. Este ahorro se logrará mediante una reducción del 34% en la estructura de gestión del Fisco y la implementación de salarios más bajos en comparación con los de la AFIP.
La dirección de ARCA estará a cargo de Florencia Misrahi, quien ha sido titular de la AFIP desde enero pasado, asegurando así una transición ordenada y eficiente.
Impacto en el Personal
Como parte de esta reestructuración, el Gobierno ha decidido despedir a 3.155 agentes de la AFIP, lo que representa el 15% de la actual dotación del Fisco. Según las autoridades, estos empleados ingresaron de manera irregular durante el mandato del anterior presidente, Alberto Fernández.
Un Paso hacia la Eficiencia
El presidente Javier Milei ha defendido esta medida como un paso imprescindible para desmantelar la burocracia innecesaria que, según él, ha obstaculizado la libertad económica y comercial de los argentinos. La creación de ARCA busca no solo reducir el tamaño del Estado, sino también profesionalizar el ente, eliminar circuitos corruptos y mejorar la eficiencia en la recaudación y el control aduanero.
Reacciones y Perspectivas
En una reciente comparecencia ante la prensa, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, criticó duramente a la AFIP, calificándola como una ‘caja política’ que ha sometido a muchos argentinos a persecuciones inmorales. Adorni enfatizó que la nueva política fiscal busca devolver a los ciudadanos el control sobre sus propiedades y finanzas.
Este cambio en el sistema tributario argentino refleja un compromiso con la eficiencia y la transparencia, alineándose con las políticas de ajuste fiscal del actual gobierno. Sin embargo, la medida también ha generado controversia, especialmente entre aquellos que ven los despidos como un golpe a la estabilidad laboral.
Con la implementación de ARCA, el Gobierno espera no solo mejorar la recaudación fiscal, sino también establecer un precedente de gestión pública más eficiente y menos burocrática, sentando las bases para un futuro económico más estable y próspero en Argentina.