Ante los hechos lamentables protagonizados en el día de ayer por dos policías nacionales y que han provocado la comprensible indignación de la población andaluza y del resto de España, llegando incluso a generar problemas de orden público en dicha localidad al materializarse en protestas callejeras el gran malestar social existente, exigimos allí en Linares la presencia del Director Adjunto Operativo y del Director General de la Policía en una comparecencia pública para apaciguar ánimos, condenar los hechos y que se reestablezca la normalidad y orden público.
Aunque acertadamente desde la DGP se ha condenado el hecho y la actitud de los agentes implicados, creemos que la gravedad de lo ocurrido requiere que desde las más altas instancias policiales se dé la cara, y en nombre de la comisaría local de Linares y de la mayoría de los miembros de su plantilla, y del resto de España, se repare la mala imagen creada condenando profesional y socialmente el comportamiento de estos dos funcionarios que consideramos y exigimos deben ser inmediatamente propuestos para su expulsión de la Policía Nacional.
Igualmente solicitamos a la ciudadanía de Linares que sigan como hasta ahora confiando en el resto de agentes de la comisaría de su localidad y anunciamos desde la Agrupación Reformista de Policías que si así fuera necesario no tendríamos impedimento en presentarnos como acusación popular para restablecer el daño causado a la familia agredida, de la cual aprovechamos para desearles que se mejoren y pronto se reestablezcan de las heridas físicas y morales fruto de la brutal agresión padecida.
Desde ARP por conciencia democrática y ánimo progresista y reformista no vamos a permitir tibieza contra estos comportamientos, ya que según consta en el código ético de la Policía “Los policías deben en todo momento ajustar su comportamiento a los principios de este código. La actuación policial conllevará el apoyo y el reconocimiento de toda la sociedad. Cualquier vulneración, abuso o infracción supondrá una pérdida de confianza de la comunidad y la intervención de los mecanismos de control existentes al efecto. La efectividad y eficiencia de la Policía depende del apoyo y de la voluntad de cooperación de los ciudadanos.»