Imágenes de cómo las mafias usan motos de agua para despistar a los agentes de la patrullera marroquí mientras otra embarca al migrante que pone rumbo a Ceuta. Al final el joven sirio fue arrojado contra las piedras teniendo que ser rescatado «in extremis» por la Guardia Civil. El piloto fue detenido y ya está ingresado en prisión por orden del Juzgado de Instrucción que lleva el caso
Las mafias dedicadas al tráfico irregular de personas migrantes están haciendo su verano en las costas españolas. Desde Marruecos se organizan pases de personas que ven la necesidad de cruzar a Europa aun a riesgo de perder la vida en el intento. Eso estuvo a punto de pasar el pasado domingo cuando un ciudadano sirio, en la imagen el momento de ser embarcado, fue literalmente lanzado a las rocas cerca de una playa de Ceuta. Gracias a la destreza de los agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, que están constantemente desplazados en la zona, se evitó un fatal desenlace salvando “in extremis” la vida de este ciudadano sirio que huyó de su país para buscar un futuro mejor.
La Guardia Civil española y la Gendarmería Real marroquí no dan abasto para intentar controlar las entradas a Ceuta que se producen a cualquier hora del día, siendo la noche el tramo que más intentos de pases se registran aprovechando la oscuridad y la niebla que todos los veranos aparece en el litoral ceutí y marroquí. Una bruma que se alía con las personas que intentan nadar hacia el espigón del Tarajal en Ceuta.
El continuo aumento en el número de intentos de cruce de migrantes en las costas norteafricanas se produce a pesar de que el Estrecho de Gibraltar es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo y peligrosa para las pequeñas embarcaciones neumáticas y lanchas de recreo. Ahora, Marruecos coopera y, a pesar de los controles estrictos en las playas y en los bosques cercanos a las vallas de Ceuta y Melilla, no logra disuadir a los migrantes que intentan casi a diario cruzar a España.
Según las autoridades españolas hay un repunte de llegadas hasta los puertos del sur de España desde la costa marroquí. Embarcaciones semirrígidas están llegando a diario para descargar migrantes en las playas del litoral campogibraltareño. Las motos de agua se están convirtiendo en auténticas pesadillas para los agentes de la Guardia Civil. La táctica es salir con muchas a la vez.
Algunas solo son señuelos que sirven para jugar al despiste y conseguir que las personas que embarcan tengan el camino libre y en pocos minutos se han alejado a toda velocidad para intentar llegar a Ceuta. Cuando son detectados, la Guardia Civil les espera para perseguirlos y tratar que no se deshagan de malas formas de la personas que tratan de colar y evitar males mayores.
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La colaboración de Marruecos es fundamental manteniendo un despliegue en las playas de fuerzas auxiliares que avisan a las lanchas de la Gendarmería de los movimientos de entradas de embarcaciones rápidas para interceptarlas.