Ha sido una iniciativa que surgió entre los integrantes de la Asociación de Voluntarios de Protección Civil. Un día decidieron poner algo de alegría a estos complicados momentos y así fue como nació esta divertida animación para los más pequeños
Además de la ajetreada actividad que los miembros de la Asociación de Voluntarios de Protección Civil llevan a cabo desde el inicio de la pandemia con el traslado de mascarillas, alimentos o medicación, desde hace unas dos semanas, estos voluntarios decidieron que a esta actividad imprescindible estos días había que sumarle algo de alegría y diversión para los más pequeños que soportan estoicamente este aislamiento. Fue así como nació la Patrulla Canina, con la que recorren las barriadas llevando un poco de distracción a los más pequeños. «Se nos ocurrió que era una forma de hacer más llevadero el confinamiento de los niños y así decidimos recorrer las barriadas de toda la ciudad. Y así, en vez de tocar las sirenas, nosotros ofrecemos esta diversión», ha explicado el presidente de la Asociación de Voluntarios de Protección Civil.
La idea ha sido muy celebrada por todos los vecinos. Dos coches de Protección Civil y dos de sus voluntarias (ataviadas como personajes de la Patrulla Canina) recorren cada tarde las barriadas de la ciudad, hasta ahora las del extrarradio. «Vamos a aquellas a las que no acuden Policía ni Bomberos y lo agradecen mucho con sus aplausos«.
Juan Carlos I, Pedro Lamata, Príncipe, Benzú o la Cabililla son algunas de las zonas por las que ya ha pasado esta pequeña ‘cabalgata’ de ilusión, cada vez más demandada por los vecinos. «Nos llaman para cumpleaños y con nuestros altavoces y personajes alegramos a estos niños que están en sus domicilios».
Es una tarea más que se suma a la que estos voluntarios realizan por las mañanas. Desde repartir las mascarillas elaboradas de manera altruista entre los colectivos que lo requieran, una vez se han desinfectado correctamente en lavanderías, hasta repartir comida y alimentos a personas que no puedan salir de sus domicilios o tomar la temperatura en los centros de salud del Recinto y Otero. Es el día a día de estos voluntarios que con su desinteresado trabajo ayudan a que este periodo de aislamiento sea más llevadero para todos.