Las Asociaciones Septem Nostra – Ecologistas en Acción Ceuta, la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta y el Grupo local de SEO BirdLife han enviado un escrito a la Consejería de Medio Ambiente para solicitar la «inmediata» paralización de la poda de árboles en la ciudad, lo que califican como un «desastre» biológico
Las Asociaciones Septem Nostra – Ecologistas en Acción Ceuta, la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta y el Grupo local de SEO BirdLife han enviado un escrito a la Consejería de Medio Ambiente solicitando la la detención de las «podas salvajes» de los árboles urbanos de Ceuta. Se trata de una solicitud de urgencia, que para los ecologistas tienen que ser sustituidas por un plan de gestión del arbolado urbano de Ceuta, «diseñado por personas preparadas en la materia, estableciendo una estrategia para mantener las copas en su tamaño adecuado y haciendo un seguimiento para que esta actuación se mantenga en el tiempo. ¡Basta ya de podas salvajes!»
Como indican en el escrito remitido, «un año más asistimos con estupor e indignación a la poda desproporcionada y sin ningún sentido de los árboles urbanos de Ceuta. Un nuevo atentado medioambiental orquestado por el departamento de Parques y Jardines que continúa con su campaña de destruir los árboles de nuestra ciudad con estas agresivas podas que son visualmente horribles y biológicamente un desastre, ya que debilitan al árbol y lo predisponen a enfermedades. En esta ciudad no se da valor a estos seres vivos, que mejoran nuestra vida depurando el aire que respiramos, absorbiendo contaminantes, reduciendo el ruido y enriqueciendo la biodiversidad urbana».
Para estas asociaciones, la persona que ordena y dirige estas actuaciones «demuestra una nula preparación sobre la materia y ninguna empatía por la conservación y el respeto por el medio ambiente». Por lo que entienden que el consejero de Medio Ambiente, Yamal Dris, debe intervenir para evitar «estas barbaridades, ya que si no lo hace entenderemos que es conocedor, cómplice y responsable directo de las mismas».
Explican desde estas asociaciones especializadas que, como consecuencia de la destrucción de los árboles, «cientos de aves sobrevolaban desorientadas los cielos del centro de la ciudad buscando un lugar donde refugiarse para pasar la noche, posándose en cornisas y ventanas. Recordemos que estos árboles son el último refugio en las ciudades para el Gorrión común, una especie que ha perdido un 50% de la población mundial en los últimos 40 años, y está en claro retroceso en toda Europa debido a la destrucción de sus hábitats. Acciones como estas contribuyen a la extinción de esta especie, además de afectar a otras que los utilizan para descansar y reponer fuerzas durante la migración».