El Parlamento británico ha dado un paso significativo hacia la legalización del suicidio asistido en Inglaterra y Gales. La propuesta de ley, presentada por la diputada laborista Kim Leadbeater, fue aprobada en la Cámara de los Comunes con 330 votos a favor y 275 en contra, lo que permite que continúe su proceso legislativo.
La diferencia de 55 votos refleja un debate intenso y polarizado que tuvo lugar desde las 9:30 GMT hasta las 14:30 GMT. Durante este tiempo, los diputados discutieron los aspectos éticos y legales de la medida, con libertad de voto otorgada por los partidos debido a la naturaleza de conciencia del tema.
El primer ministro británico, Keir Starmer, quien había mantenido una postura neutral, finalmente expresó su apoyo a la propuesta. La ley, conocida como ‘Proposición de Ley de fin de vida para adultos con enfermedades terminales’, permitiría a los mayores de 18 años recibir asistencia para morir si padecen una enfermedad terminal.
En las afueras del Parlamento, manifestantes de diversas organizaciones, incluidas aquellas de personas con discapacidad, expresaron sus opiniones tanto a favor como en contra de la medida. Los opositores portaban pancartas con mensajes como ‘El suicidio asistido no es la solución’, mientras que los defensores mostraban lemas como ‘Nuestras vidas, nuestras muertes’.
Penas Severas por Coerción
A diferencia de intentos anteriores, esta iniciativa impone estrictos requisitos y sanciones severas para evitar abusos. Cualquier intento de presionar o engañar a alguien para que opte por el suicidio asistido podría resultar en penas de hasta 14 años de prisión.
Los solicitantes deben ser residentes de Inglaterra o Gales, estar registrados con un médico de cabecera durante al menos 12 meses, tener una expectativa de vida de menos de seis meses y ser capaces de tomar decisiones informadas y libres de coerción.
Además, deben realizar dos declaraciones separadas, firmadas y atestiguadas, sobre su deseo de morir. Estas deben ser evaluadas por dos médicos y recibir una orden judicial. Aunque un médico puede preparar el compuesto letal, la persona debe administrárselo a sí misma.
El siguiente paso para la propuesta es su revisión en la Cámara de los Lores, donde se presentarán enmiendas y se llevará a cabo un escrutinio detallado antes de un voto final, que se espera en los próximos meses.