El descenso ha sido más que significativo respecto al año 2022, en el que se interceptaron 47 personas, de las cuales solo 3 eran adultos. Este año, casi un 50% menos de personas interceptadas, los controles fronterizos y la eliminación de la excepción Schengen la clave
Desde que en junio de 2022 se reabriese la frontera entre Ceuta y Marruecos con un nuevo sistema «más ordenado y seguro», el panorama de Ceuta ha cambiado. La eliminación no formal de la excepción Schengen, por la que desde entonces solo pueden entrar a la ciudad aquellas personas que tienen un visado para el espacio Schengen o las transfronterizas con Tarjeta de Identidad de Extranjeros (TIE), está teniendo consecuencias en la Ceuta. No solo se ha notado en el cierre de comercios o en el encarecimiento de algunos productos, también la realidad migratoria está cambiando.
Muestra de ello es el drástico descenso de los datos recogidos por el Ministerio del Interior de manera quinquenal, en los que se comprueba que la permeabilidad de la frontera es cada vez menor, según el informe de Interior la llegada de personas migrantes desde el 1 de enero al 31 de julio por vía marítima ha descendido un 36,5%, mientras que por vía terrestre desciende un 15% con respecto al mismo periodo de 2022.
La Operación Feriante es fiel reflejo de estos datos, aunque en esta ocasión llega al 50% el descenso de personas que han sido interceptadas ocultas entre los hierros de los cacharritos de la feria una vez esta ha finalizado para intentar llegar a la península, con los riesgos que ello conlleva debido a las altas temperaturas y la peligrosidad de esconderse entre atracciones de feria.
Los datos aportados por la Delegación del Gobierno a la finalización de la operación de control a los 365 vehículos de los feriantes se ha saldado con la interceptación de un total de 28 personas, de las cuales nueve son menores de edad; en cuanto a las nacionalidades, seis personas son de Argelia, el resto de Marruecos.