En estos días, el Presidente Vivas y el resto del Partido Popular han realizado una serie de actos para conmemorar el 25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género. Han llevado a cabo un pomposo acto institucional, y hemos sido testigos de un acto en el que piden que esta lacra acabe. En este último acto, escucho al Presidente hacer afirmaciones tales como: “este asunto, que es una prioridad para toda la sociedad española, requiere de prevención, sensibilización, concienciación, de asistencia a las víctimas”; “el origen de este problema está en el pensamiento canalla, negativo y tóxico que existe en la mente de aquel que se considera superior a la mujer”.
Hay que ser coherente, señor Vivas. En este punto, hay que puntualizar algunas cosas.
Uno. No se puede hablar de prevención, sensibilización y concienciación cuando su partido reniega del lenguaje inclusivo; cuando el organismo que debe velar por las mujeres víctimas de violencia de género (en el caso de nuestra ciudad, el Centro Asesor de la Mujer) no dispone ni siquiera de un grupo de apoyo donde mujeres que, aterradas, deciden abandonar a sus parejas que las maltratan, puedan encontrar apoyo y consuelo; cuando su partido se negó a apoyar el Manifiesto Internacional del 8-M. Y no hacen nada de esto porque no les interesa. No les importan estas mujeres ni tampoco su terrible situación. Les interesa la foto.
Dos. El origen de este problema es la educación que estos hombres reciben. No es simplemente un pensamiento que arraiga en sus cabezas por casualidad. Se les educa en que deben ser cabezas de familia y sostenedores del núcleo familiar, y que las mujeres son amas de casa y gestantes, y que ese es su papel. Que todos los privilegios que tienen los merecen por el simple hecho de ser hombres. Y todos estos patrones, perpetuados en el tiempo, generación tras generación, crean hombres maltratadores.
Hombres maltratadores que enseñan a sus hijos todos estos distorsionados valores, que los niños copian, modelan, interiorizan y perpetúan.
Así que la solución es educar, formar, crear espacios en los que poder mostrar a los hombres los privilegios que siempre tuvieron, aun sin ser conscientes de ello, y explicarles que exigir derechos para las mujeres no implican que pierdan sus propios derechos. Que ellos también deben contribuir a crear pensamientos igualitarios en sus hijos, y que en casa “no se ayuda, se colabora, porque las responsabilidades son conjuntas”, que los hijos no son responsabilidad exclusiva de la mujer, y que una mujer que no es madre sigue siendo una mujer completa. Así crearemos hombres igualitarios, que no impondrán la fuerza sobre las mujeres, y que no quebrantarán la confianza de las mujeres que las aman, al golpearlas sin cesar.
Pero no. A Vivas le interesa la foto. Los minutos de silencio, los videos en los que se le ve como un hombre comprometido con la lucha contra la violencia de género. Pero no es verdad. No es verdad porque la violencia de género se combate cada día. Sin lacitos y sin globitos. Luchando por la auténtica igualdad. Basta de postureo, señor Vivas.