La fusión se haría por canje de títulos, una acción nueva para cada 4,83 títulos de Sabadell, sin pago en efectivo y tendrá un coste de reestructuración de 1.450 millones, según La Razón
Banco Sabadell ya sabe cómo quiere BBVA llevar a cabo el proceso de fusión: ofrecerá unos 11.500 millones de euros mediante un canje de acciones para hacerse con el 100% de la entidad de origen catalán, un 17% más que su valor en bolsa. Al detalle, el precio supondrá un canje de una acción nueva de BBVA por cada 4,83 títulos de Sabadell, sin pago en efectivo. Esto supone que tendrá que abonar cuatro veces más de lo que hubiera pagado hace cuatro años, cuando hizo su primer intento.
Así lo comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a la que informó de que ha remitido al consejo de administración del Sabadell los términos de la operación de fusión entre ambas entidades, que considera «muy atractiva para los accionistas de Sabadell» porque supondría «una prima del 30% sobre los precios de cierre del Banco Sabadell y BBVA del pasado lunes 29 de abril», después de que las acciones cayeron un 6,65%, mientras que las del Sabadell subieron un 3,37%.
En su comunicación al regulador, el banco destaca que la prima será incluso mayor, de un 42%, sobre las cotizaciones medias ponderadas del último mes o del 50% sobre las cotizaciones medias ponderadas de los últimos tres meses. Y cifra en el 16% el volumen de acciones que acumularían los accionistas del banco de origen catalán en la entidad resultante, «beneficiándose así adicionalmente del valor generado por la operación», precisa. El banco indica en su carta que la fusión tendría, considerando los gastos de reestructuración, un coste aproximado de 1.450 millones antes de impuestos.
En su segundo intento por hacerse con las riendas de Sabadell, Carlos Torres deberá hacer frente a un coste que multiplicará por cuatro lo que le hubiera costado si la operación hubiera fructificado hace cuatro años. La razón es que las acciones de Sabadell han crecido por encima del 390% desde noviembre de 2020, mientras que los títulos de BBVA subieron poco más de la mitad. Si en aquel momento la capitalización de la entidad que preside Josep Oliu estaba por debajo de los 2.500 millones, ahora supera los 9.800 millones.
BBVA detalla que afrontaría este canje mediante la emisión de nuevos títulos ordinarios, «cuya suscripción estará reservada a los titulares de acciones de Banco Sabadell», y sobre las que «se solicitaría su admisión a cotización en el Mercado Continuo español y en los restantes mercados en los que cotizan sus acciones». También ofrece la incorporación como consejeros no ejecutivos al consejo de administración de la nueva entidad, «al tiempo de materializarse la fusión», de tres miembros del actual consejo de Sabadell, «elegidos de común acuerdo entre ambas partes», y uno de estos nuevos miembros sería propuesto como uno de los vicepresidentes del nuevo consejo.
Para BBVA, la fusión supone una «clara generación de valor para los accionistas», ya que esta transacción es positiva en beneficio por acción (BPA) desde el primer año tras la fusión, que cuantifica «aproximadamente en el 3,5% una vez se produzcan los ahorros asociados a la fusión», por valor de unos 850 millones de euros antes de impuestos.
La entidad resultante de la fusión tendría una de sus sedes operativas en Cataluña, que se establecería en el centro corporativo de Banco Sabadell en Sant Cugat. La denominación social y marca serían las de BBVA, aunque se podría mantener la utilización de la marca Banco Sabadell, de manera conjunta con la marca BBVA, «en aquellas regiones o negocios en las que pueda tener un interés comercial relevante». La nueva entidad tendría unos activos totales por encima del billón de euros y más de 100 millones de clientes.