En un acto histórico celebrado en la Comunidad India del Río Gila, en Arizona, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió una disculpa formal en nombre del Gobierno por las atrocidades cometidas en internados públicos para niños indígenas durante 150 años. Estos internados, establecidos con el propósito de asimilar a los niños indígenas a la cultura dominante, resultaron ser lugares de sufrimiento y pérdida cultural.
La disculpa oficial marca la primera vez que un presidente de Estados Unidos reconoce formalmente el daño causado por estas instituciones. Biden expresó: «El Gobierno federal nunca se ha disculpado formalmente por lo ocurrido, hasta hoy. Como presidente de Estados Unidos, me disculpo formalmente por lo que hicimos». Esta declaración llega después de décadas de activismo y demandas de justicia por parte de las comunidades indígenas.
Los internados, que operaron desde el siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, fueron responsables de la muerte de cientos de niños indígenas. Además de las pérdidas humanas, estos centros fueron lugares donde los niños fueron forzados a abandonar sus lenguas nativas y tradiciones culturales, un intento deliberado de erradicar su identidad indígena.
Biden reconoció que esta disculpa llega con un retraso de 50 años, afirmando: «No hay excusa para que esta disculpa haya tardado tanto en llegar». Su administración ha prometido trabajar en colaboración con las comunidades indígenas para abordar las consecuencias duraderas de estas políticas.
El impacto de los internados sigue siendo un tema doloroso para muchas familias indígenas, que todavía sienten las repercusiones de la pérdida cultural y el trauma intergeneracional. La disculpa de Biden es vista como un paso hacia la reconciliación, pero muchos líderes indígenas enfatizan que se necesita más acción para reparar el daño causado.
En respuesta a la disculpa, varios líderes indígenas han expresado su esperanza de que este reconocimiento conduzca a un cambio real en las políticas gubernamentales hacia las comunidades indígenas. «Este es solo el comienzo», dijo un líder tribal presente en el evento. «Necesitamos ver un compromiso continuo para apoyar nuestras lenguas, culturas y derechos».
La administración de Biden ha anunciado planes para establecer un grupo de trabajo dedicado a investigar más a fondo el legado de los internados y desarrollar estrategias para apoyar la revitalización cultural y lingüística de las comunidades afectadas. Este esfuerzo incluirá consultas directas con líderes tribales y expertos en derechos humanos.
El reconocimiento de las injusticias pasadas es crucial para avanzar hacia un futuro más equitativo y respetuoso. La disculpa de Biden es un recordatorio de la importancia de enfrentar la historia con honestidad y compromiso para garantizar que no se repitan los errores del pasado.