Dos días tardó Marruecos en pedir ayuda a España tras el terremoto que asoló gran parte de su territorio dejando miles de muertos y heridos hace más de una semana. Los cadáveres siguen apareciendo y hay poca esperanza para encontrar a alguien con vida entre los escombros.
Iván García, bombero de Ceuta desplazado con el equipo de Bomberos Sin Fronteras a Marruecos tras el seísmo, junto a su compañero Juan Carlos Cruz, explica que esta falta de esperanza se debe al tipo de construcciones que han sido afectadas por el terremoto, «con las construcciones tan frágiles, ha sido desolador, hemos visto pueblos en los que los 90% de los vecinos estaban aplastados y muertos», asegura al otro lado del teléfono de El Periódico de Ceuta el bombero ceutí.
Iván y Juan Carlos se enfrentaban a su primera actuación en una catástrofe de este tamaño, «situaciones de desbordamiento sí hemos vivido, pero un terremoto en el que construcciones son tan frágiles, ha sido desolador, pueblos en los que los 90% estaban aplastados y muertos, aldeas muy pequeñas… comparado con Libia desde el punto de vista de catástrofes podría haber sido peor».
Y es que según nos explica el bombero, las construcciones marroquíes mayormente afectadas son de adobe «y hay colapso total, porque cae a plomo, no hay huecos de vida producidos al quedar pilares sosteniendo paredes u hormigón armado impidiendo el derrumbe total». «No se ha rescatado a nadie -lamenta-, en esta activación por parte de Marruecos, ningún equipo de rescate ha sacado a nadie con vida, por el tipo de construcción había muy pocas posibilidades de encontrar a gente viva, sería un milagro encontrar a alguien».
A nivel anímico, enfrentarse a esta situación es «muy duro», ya que «con quien hablas ha perdido a alguien y empatizas con ellos». Los dos bomberos de Ceuta llevan formando parte de la organización ocho años, «se hacen labores de formación, donaciones a países terceros, prevención… y también está la intervención en catástrofes. Durante estos ocho años hemos recibido formación para este tipo de intervención, primero se activa el terremoto a nivel internacional, se monitoriza por todos los equipos de rescate del mundo, a través de la ONU y si estas disponible lo comunicas y cuando el país hace la solicitud te activas. En este caso dos días antes de la solicitud de Marruecos, en Bomberos Sin Fronteras ya estábamos preparados».
Para disponer los recursos materiales y el personal necesario es fundamental conocer la zona a la que se van a desplazar y el tipo de catástrofe a la que se enfrentarán, en este caso hasta pasados dos días no se solicitó la ayuda a España por parte de Marruecos, por lo que la organización tuvo tiempo de organizarlo todo, «sobre las 09:00 de la mañana se produjo la solicitud la ayuda y a las 11:00 horas ya estábamos de camino. El mismo domingo a las 2:00 de la madrugada ya estábamos en el campamento del Atlas, dispuesto por Marruecos para la coordinación de todos los equipos de rescate de diferentes países».
«Desde Ceuta fuimos en coche hasta Tánger, los compañeros de Barcelona, con los perros, en avión y desde Málaga en coche y barco», nos detalla el miembro del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Ceuta, que ha formado parte, junto al otro bombero de Ceuta Juan Carlos Cruz, del equipo enviado por Bomberos Sin Fronteras, compuesto por dos perros con sus correspondientes guías/bomberos, además de dos bomberos enfermeros y otros ocho bomberos rescatistas.
La zona afectada está repleta de pequeñas aldeas, de unas 150 personas, dispersas por las montañas y sobre todo en laderas, «donde se han producido corrimientos de tierras de laderas que han arrasado pueblos enteros».
Según los últimos datos del ministerio del Interior marroquí, hasta este miércoles 13 de septiembre, se habían registrado 2.946 fallecidos y 5.674 personas heridas, «ahora se esta centrando en la postemergencia, y la gran cantidad de heridos; desde el punto de vista de rescate, poco hay que hacer», lamenta el bombero.
Sin embargo, dentro de la tragedia siempre hay que destacar algo bueno, en este caso Iván elogia la gran capacidad de organización y la solidaridad que ha mostrado la población marroquí, «la gente compra palets de leche, agua y lo dejan en la puerta del supermercado, allí llegan camiones, furgonetas o coches, que lo llevan hasta otro punto… y la cadena de solidaridad de ayuda humanitaria es increíble, y en cada tramo de carreteras o pistas, se amontonaban los víveres y se iban trasladando a otros puntos».
Mi enhorabuena y admiración por Iván García y Juan Carlos Cruz. Muy bien hecho.