La compañía estadounidense Broadcom ha descartado definitivamente la construcción de una planta de microchips en España, tras la ruptura de las negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez. El proyecto, anunciado en el verano de 2023, contemplaba una inversión de unos 850 millones de euros y habría supuesto la instalación de una fábrica única en Europa dedicada a semiconductores back-end.
Una de las regiones más afectadas por esta decisión es Aragón, que se perfilaba como una de las principales candidatas para albergar la instalación. Durante 2023, representantes de Broadcom mantuvieron diversos encuentros con el Gobierno autonómico, entonces liderado por Javier Lambán, para analizar las condiciones logísticas y técnicas de la región. Aragón ofrecía suelo disponible, acceso a energía renovable, una ubicación estratégica y agilidad administrativa, siguiendo el modelo ofrecido a otras empresas tecnológicas que ya se han asentado en la comunidad.
Sin embargo, las negociaciones clave dependían del Ejecutivo central, lo que limitó la capacidad de maniobra del gobierno aragonés. Actualmente, el Gobierno autonómico de Jorge Azcón guarda silencio ante la cancelación del proyecto, respaldado por el hecho de haber atraído más de 50.000 millones de euros en inversiones en poco más de un año.
La iniciativa formaba parte del plan español de reindustrialización tecnológica impulsado a través del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de microelectrónica y semiconductores, también conocido como PERTE Chip. En julio de 2023, Charlie Kawwas, presidente del grupo de Soluciones de Semiconductores de Broadcom, anunció oficialmente la intención de invertir en España, agradeciendo públicamente al presidente Pedro Sánchez por su apoyo y compromiso con la creación de una cadena de valor global más resiliente en el sector.
El entonces ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, confirmó en enero de 2024 que el Ejecutivo mantenía conversaciones con Broadcom sobre la ubicación definitiva de la planta. No obstante, durante los meses siguientes no se produjeron actualizaciones significativas, y la falta de avances indicaba que las negociaciones estaban estancadas.
En septiembre de 2024, Óscar López reemplazó a Escrivá al frente del Ministerio de Transformación Digital. Según fuentes consultadas, López, con un perfil más político, nunca llegó a participar directamente en las conversaciones con la empresa estadounidense, que ya se encontraban prácticamente paralizadas en ese momento.
A este contexto se suma el impacto geopolítico de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2024. Su regreso a la Casa Blanca, en enero de 2025, ha supuesto un endurecimiento en las relaciones transatlánticas, lo que ha influido negativamente en el clima para la inversión estadounidense en Europa.
De hecho, además del caso Broadcom, el Gobierno español también ha visto frustrado un segundo proyecto: una ‘joint venture’ con otra empresa estadounidense para la producción de chips, que implicaba una inversión pública de hasta 400 millones de euros. Según las fuentes consultadas, este acuerdo también se vino abajo tras la victoria de Trump. “Ahora mismo hay una sensación de que las empresas americanas están muy restringidas para invertir en Europa”, señalan.
Ni Broadcom ni el Ministerio de Transformación Digital han querido hacer comentarios al respecto cuando fueron contactados por Europa Press.
