La devastación en Valencia tras el paso de la DANA ha dejado a cientos de familias en una búsqueda desesperada por encontrar a sus seres queridos. La cifra oficial de desaparecidos sigue siendo incierta, pero el impacto humano y emocional es innegable.
En Cheste, la desaparición de Elvira Martínez Alfaro y su hija Elisabeth Gil ha conmocionado a la comunidad. Fueron vistas por última vez en su vehículo, un Ford Focus, antes de que la riada las sorprendiera. Sus familiares mantienen la esperanza de encontrarlas con vida.
La historia se repite en Sedaví, donde David Murgui busca a su padre, Francisco, quien fue arrastrado por la corriente cerca del Instituto municipal. A pesar de haber denunciado su desaparición, la incertidumbre persiste.
En San Lorenzo de La Parrilla, la familia de José Hernaiz Montoro vive una situación similar. Fue visto por última vez en un camión blanco en L’Alcúdia, y desde entonces no han tenido noticias de él. La desesperación aumenta con cada hora que pasa sin novedades.
El impacto psicológico de estas desapariciones es profundo. Según la psicóloga Alejandra Julio, el duelo en situaciones de catástrofe es complejo, ya que afecta tanto a nivel personal como comunitario. Las familias deben enfrentarse a la pérdida mientras ven a su alrededor a otros sufriendo la misma tragedia.
Las redes sociales se han convertido en un recurso vital para las familias que buscan a sus seres queridos. Plataformas como X, Facebook e Instagram están llenas de mensajes de auxilio, y asociaciones como SosDesaparecidos han recibido miles de llamadas y correos electrónicos.
Ante la falta de cobertura telefónica en algunas áreas, se han habilitado puntos de denuncia en Paiporta, Algemesí y Alfafar, donde también se ofrece atención psicosocial a los afectados. Estos esfuerzos son cruciales para coordinar la búsqueda y brindar apoyo a las familias.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha destacado la dificultad de proporcionar un número exacto de desaparecidos debido a las comunicaciones interrumpidas. Sin embargo, asegura que las autoridades están comprometidas en la búsqueda continua de todas las personas reportadas como desaparecidas.
Mientras tanto, la solidaridad y el esfuerzo conjunto de la comunidad son fundamentales para enfrentar esta tragedia. Cada llamada y reporte es un recordatorio de los desafíos que quedan por superar, pero también de la esperanza de encontrar respuestas y consuelo.