Llevaba en acogida 20 dìas, tiempo en el que intentaban erradicar el miedo que atenaza a este joven perro de dos años de edad. Es uno de los difíciles casos de perros ‘asustones’ acogidos en la Protectora, aunque empezó a recuperar la confianza en el ser humano en su casa de acogida, Sin embargo, el pasado miércoles desapareció y, desde entonces, son muchos los que intentan localizarlo
Teo es uno de esos casos complicados, el de un perro nacido en algún pequeño rincón de un monte ceutí y rescatado por la Protectora de Animales cuando aún era cachorro, junto al resto de sus hermanos. Sin embargo, el miedo siempre ha estado por encima de los intentos por conseguir que el joven animal perdiera su desconfianza hacia el ser humano y así, los hermanos de Teo consiguieron salir de la Protectora en adopción, mientras él continuaba esperando a encontrar una familia que pudiera dedicarle el tiempo y la paciencia necesaria para erradicar los miedos ante cualquier situación desconocida, persona o ruido que tanto le aterran. Pero mientras tanto, Teo seguía siendo uno de los ‘invisibles‘, de los ‘asustones‘, como se les conoce en la Protectora.
Al cumplir dos años, Teo tuvo la oportunidad de salir de su patio de la Protectora cuando una de sus voluntarias decidió llevarlo a su casa en acogida para intentar socializarlo. Solo habían transcurrido 20 días y el cambio en el animal ya era más que perceptible, según ha relatado la personas que lo tiene en acogida. «Al principio se echaba al suelo y no quería andar, pero ya estaba mucho mejor y tenía menos miedo, aunque aún había que trabajar mucho con él». Este pasado miércoles, todo lo avanzado por esta voluntaria sufrió un revés cuando Teo se asustó al salir a la calle. La mala suerte quiso que la correa se rompiera y el animal huyó velozmente sin que nadie pudiera alcanzarlo. Horas más tarde, Teo fue localizado en una zanja tras el colegio San Daniel, lugar cercano al que reside su familia de acogida, siendo necesaria la intervención de Bomberos para rescatarlo.
Recuperados de la tensa situación, y aún con la preocupación en el cuerpo, la persona de acogida decidió sacar a pasear a Teo «para que no tuviera miedo al sitio por donde se había perdido que es por donde suele salir». Los nervios de las horas anteriores le jugaron una mala pasada y la correa que se había roto anteriormente volvió a fallar, haciendo que el perro volviera a huir. Desde entonces, han sido varias las zonas por las que se ha visto al animal y, ante cualquier aviso, tanto su casa de acogida, como un grupo de siete voluntarios/as de la Protectora se echan a la calle para localizarlo y devolverlo al hogar que ha conocido durante los últimos 20 días. «Lo han visto en distintas barriadas, pero cuando vamos ya no está. El último aviso me lo dieron esta mañana cuando alguien lo vio en la obra junto al centro de salud de Otero«. A pesar de la rapidez con la que se desplazó a la zona la persona que lo tiene en acogida, al llegar al lugar solo pudo constatar lo que ha venido ocurriendo desde su desaparición, que Teo, una vez más, había vuelto a abandonar ese sitio y la pista del perro se perdía nuevamente. «La única esperanza que me queda es que parece que se encuentra cerca de mi casa y eso me da algo de tranquilidad, porque quizá pueda regresar solo», explica su acogida.
La búsqueda de Teo continúa incansablemente. Han sido muchos los que se han implicado en localizar al animal y la búsqueda no parará hasta que lo encuentren y pueda seguir socializándose en su casa de acogida. «Policía Local, Nacional, Bomberos, muchos ciudadanos. Todos se han volcado en encontrarlo. Cuando se supo, muchos policías llevaban la foto en sus móviles por si lo veían por la calle y hay muchos voluntarios pendientes de él».
En estos días, se prevé organizar una batida para que la historia que desde el pasado miércoles trae de cabeza a los amantes de los animales termine con un final feliz.