El anuncio del concierto de C Tangana, como todo lo que rodea al cantante, generó mucha expectación entre el público más joven de Ceuta. Sin embargo, tras los 50 minutos escasos de espectáculo que ofreció ayer el madrileño se puede decir que se ha quedado bastante lejos de cumplir las expectativas.
Imaginen que van a la taquilla del cine de su ciudad y compran una entrada para ver una película. Evidentemente, el precio de la entrada va a ser el mismo para la proyección que ustedes quieren ver que para el resto de la cartelera. La duración de las películas podrá ser similar, o no, pero ustedes esperan como mínimo su hora y veinte minutos de entretenimiento correspondiente a ese pago que acaban de realizar por su entrada.
Ahora imaginen que la película que han escogido termina a los 40 minutos cuando no han podido siquiera acabarse las palomitas y que, además, en cuanto a calidad se refiere, no es precisamente una obra de arte. Parece obvio que el sentimiento generalizado entre todos los que pagaron una entrada por ver ese filme será de decepción e incluso los más extremistas hablaran de estafa.
En los conciertos ocurre algo muy similar. Quien paga una entrada para ver a un artista, espera, en el más paupérrimo de los casos, una hora de show. Normalmente duran más, prácticamente el doble. C Tangana no llegó siquiera a completar la hora y se quedó en menos de 50 minutos. Para más inri, la entrada no era precisamente barata. 18 euros costaba el pase para ver al madrileño actuar en las Murallas Reales. Por poner el precio en contexto, 15 euros cuesta la entrada para ver a SFDK en Ibiza en pleno mes de agosto… Y si con algo cuenta el grupo de rap sevillano en sus más de 25 años de trayectoria musical es con directos por los que compensa pagar una entrada.
De cualquier modo, el problema no fue solo la relación entre el precio de la entrada y la duración del concierto. El cantante decepcionó a una buena parte de los asistentes con un show en semi-playback y el uso hasta la saciedad del recurso del Autotune (un modulador de voz que corrige los tonos de la persona que canta). Además, hubo varias canciones en las que colaboraban otros artistas y el público pudo disfrutarlas en riguroso diferido. Es decir, como si se la pusiese en su casa.
En su favor hay que decir que este tipo de «conciertos» están a la orden del día en el mundillo del trap, C Tangana no es una excepción, ni mucho menos. También se le puede brindar un salvavidas al madrileño, que dijo sentirse indispuesto cuando le tocaba atender a los medios de comunicación. Quizá eso fue lo que pasó. C Tangana estaba enfermo y de ahí el concierto que ofreció para el público de Ceuta. O quizá este es el nivel de sus shows (basta con darse una vuelta por YouTube para comprobarlo).
El playback y el autotune (modulador de voz) son uno de los principales problemas de que no me guste este tipo de música urbana moderna. Debe ser que estoy un poco anticuado ya con 50 tacos.
Yo creo que con el último disco que acaba de sacar C.Tagana llamado «El Madrileño» ha conseguir elevarse aún más en la música urbana y eso que comenzó con el rap. Todavía no he ido a ningún concierto suyo para confirmar lo que se detalla en este artículo.