Los números uno y dos de Caballas han comparecido en rueda de prensa ante los medios. El diputado por la Asamblea, Mohamed Alí ha tomado la palabra en primer lugar para denunciar el «fraude» en el que considera que incurre el Gobierno de Vivas toda vez que «los actos del Gobierno son un brindis al Sol», es decir, meramente «electoralistas». Valoración que deducen tras la reacción inexistente después de que el Ministerio de Sanidad declarase «inviable la implantación de una unidad de radioterapia en Ceuta». Por su parte el diputado ha interpuesto la pertinente interpelación ante la Mesa de la Asamblea por lo que consideran un agravio y un demérito para los ceutíes.
Asimismo Caballas cree imprescindible la implantación de un nuevo tratado de vecindad con Marruecos. Alí declara que su iniciativa sí recabó un entusiasmo inicial que, sin embargo, fue diluyéndose hasta quedar en nada. Es más denuncia que la actitud del Gobierno de España frente a Marruecos es de «complacencia y de sumisión». Al referirse por último, a la reunión mantenida ayer entre los presidentes de Ceuta y Melilla, denuncia que no se consultó a ningún grupo político sino que se efectuó de manera unilateral sin que se haya propuesto iniciativa alguna». Por todo lo expuesto Alí reclama «acciones consensuadas en lo que toca a cuestiones básicas».
Aróstegui en la frontera
El portavoz del grupo Caballas, Juan Luís Aróstegui se afanó a la hora de denunciar las «maniobras del Gobierno municipal» contra el que lanzó uno tras otro, varios dardos. Según Aróstegui «ellos tienen un plan y nosotros somos meros espectadores, acaso dormidos» puesto que «se están tomando decisiones trascendentales para el futuro de Ceuta».
El portavoz de Caballas dice que ha llegado a su conocimiento, a través de escuchas provenientes de Melilla, que «Marruecos ha decidido que en febrero se acaba el porteo». La decisión sería unilateral y contaría con la connivencia española. Para Aróstegui, «no estamos dando la talla ni como ciudad, ni como clase política» pues «el futuro de Ceuta está en juego y las decisiones económicas tienen consecuencias». Así cree que si esta medida sale adelante afectará al empleo, la estabilidad social y el desarrollo.
Las estimaciones de Caballas elevan la importancia del tránsito irregular de mercancías a un 20 por ciento del PIB local, ya que «mientras figuran dados de alta 1.300 trabajadores extranjeros, en realidad son 15.000 los que transitan entre ambos lados a diario». Exponen que «esta es la importancia de la economía sumergida de Ceuta y todos lo saben, es un problema latente aunque se mire hacia otro lado». Por eso Caballas exige «sentido de la realidad, búsqueda de soluciones y no ignorar a esa mitad de la población, que no son empleados públicos, con quienes nos cruzamos a diario».
Caballas se lamenta de su escasa representación parlamentaria y recurrirá a sus aliados de Compromis y Equo para plantear estos temas ante el Congreso y Senado. Asimismo Aróstegui expone que al traer a colación el asunto de los MENA lo que hace el Gobierno es extender una cortina de humo para desviar la atención de este foco informativo.
Caballas pide a las instituciones la implantación de medidas como un Plan de desarrollo estratégico, industrial, la reforma del sector de la construcción y el turístico o que, en igualdad de condiciones, los jubilados ceutíes reciban un equivalente al PER extremeño. Aunque se lamentan porque «siempre les dicen que no» mientras que a Mohamed VI le ríen las gracias.
Aróstegui vaticina que «dentro de poco la economía se resentirá y de los 87.000 habitantes, mucha gente se tendrá que mudar por culpa de la inaplicación de las medidas de ese Plan Estratégico de 2011 entre las que se encontraba la Unión Aduanera, que fue «rechazada por el PP». Por su parte Alí sentencia que entre otros perjuicios la «inacción o ineptitud a la hora de solventar el caos fronterizo provoca un perjuicio reflejado en la caída de turistas».