La coalición critica que, planteando como única solución un incremento de la presencia policial, se aborda la problemática de una forma «superficial» que no va servir para atajar el asunto y apunta a las connotaciones sociales que puede haber tras este tipo de actos vandálicos
Caballas solicitará al Gobierno de la Ciudad una seria de explicaciones al respecto del vandalismo que, prácticamente, noche tras noche, desemboca en la quema de contenedores y/o vehículos. Los localistas entienden que esta problemática no se resuelve únicamente con «declaraciones rimbombantes y anunciar refuerzos policiales».
«Lo que sucede, como en tantas ocasiones, es que quizá la respuesta de esta Asamblea no está a la altura de las circunstancias. Más allá de participar activamente en la clásica competición sobre descalificaciones, poco o nada se ha aportado. Al final todo se reduce a incrementar (temporalmente) la intervención de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, o pedir, de manera un tanto infantil, que sean los ciudadanos los que denuncien«, lamenta Caballas.
Igualmente, la coalición entiende que «de este modo se trata el asunto de una manera absolutamente superficial. Ni un solo análisis sobre las causas que puede haber este fenómeno con la intención de erradicarlas. Quizá sólo vemos los síntomas y no la enfermedad«, señala.
Es por ello que Caballas preguntará Ejectuvio local cuestiones como si se ha planteado la posibilidad de que «estemos ante un problema con connotaciones sociales» o si no ha pensado el Ejecutivo que «estas conductas pueden ser la expresión de una tensión social generada por el estado de depresión en el que se encuentra sumida una parte muy importante de la juventud ceutí«.
Para Caballas, la continua quema de contenedores y vehículos en diversos puntos de la Ciudad «ha sembrado una lógica alarma entre la ciudadanía a la que las instituciones públicas no pueden ser ajenas». En este sentido, advierte de que «no se trata sólo de las pérdidas materiales«, sino que también se traslada «la imagen de una Ciudad convulsa e inhóspita que provoca una desazón no exenta de amargura».