Se mostraban impacientes pero tranquilos, contentos pero con temor a la aguja. En definitiva, afortunados por recibir esa vacuna que combate al virus que les ha obligado a pasar demasiado tiempo en casa y que les ha enseñado, desde la inocencia, el significado de la distancia de seguridad a golpe de aquello que los adultos llaman decretos
Hace ya casi un año de aquel 27 de diciembre, cuando veíamos a los primeros mayores de las residencias ceutíes comenzar a vacunarse contra el coronavirus. Lo celebramos más que la lotería del día 22, porque por fin podrían protegerse de la pandemia el tesoro más preciado: nuestros mayores. También nuestros sanitarios, quienes nos cuidaron durante meses detrás de EPI’s improvisados. Hoy ha arrancado en Ceuta la vacunación en menores de entre 5 y 11 años, aunque en orden descendente, empezando por los de 10 a 11 años. Lo ha hecho en un día que nos hace reflexionar sobre la importancia de este pequeño y solidario gesto. Esta mañana, la Consejería de Sanidad de la Ciudad Autónoma de Ceuta y el INGESA arrojaban, nada más y nada menos que, un total de 99 nuevos positivos, y subiendo.
La vacunación a niños y niñas nacidas entre los años 2010 y 2012 se está haciendo en dos puntos distintos: la mitad, en el Palacio Autonómico de 17:00 a 19:15 horas y, la otra mitad, al Centro de Salud de Otero de 16:00 a 20:00 horas. La campaña de vacunación infantil se realizará en horario de tarde hasta el inicio de las vacaciones navideñas para facilitar la conciliación familiar y no interferir en el horario escolar.
Padres y madres acompañaban en esta cita con dudas y preguntas, pero con la responsabilidad de estar respondiendo a un acto de solidaridad para con la ciudadanía. Hay quienes tenían muy claro, desde el primero momento, que iban a vacunar a sus hijos. Sin embargo, había quienes no sabían si estaban en lo cierto, pero sí que tenían que hacerlo. En la cola para entrar al Salón de Actos del Palacio Autonómico también habían padres y madres con hijos e hijas menores de 11 años y que acudían para informarse de la vacunación para inscribirse en el formulario.
El Punto de Vacunación se convertía en un lugar cálido para recibir a los más pequeños gracias al trabajo de Cruz Roja. Un decorado navideño, una pantalla con los Cantajuegos, y cientos de piruletas de Cruz Roja para premiar la valentía de los niños y niñas justo después de recibir la vacuna. Un escenario en el que no solo la solidaridad ha sido la protagonista, sino que también lo ha sido la alegría. La inocencia de los más pequeños nos regalaba unas reacciones tras la vacunación más que divertidas: «estoy impaciente por ponerme la vacuna» decía una niña plenamente convencida; «estoy tranquilo», confesaba otro pequeño que confiaba en lo que le estaban haciendo unas enfermeras y enfermeros con mucha vocación de servicio; «no duele, mañana voy a recomendar que se vacunen a mis compañeros de clase», decía otra niña con una cara ojiplática tras comprobar que no se había enterado del pinchazo. Sin embargo, no hay que olvidar que el temor a las agujas es algo con lo que hemos convivido desde antes del coronavirus y se ha pedido ver en algunas que otras caras que han sido tranquilizadas por parte de los profesionales. Por supuesto, el postureo ha estado presente y han acompañado la vacunación con selfies para enseñárselo a familiares y amigos.
El consejero de Sanidad, Consumo y Gobernación, Alberto Gaitán, ha reconocido ha valorado muy positivamente la respuesta a esta primera citación, añadiendo que estas dos dosis que van a recibir los más pequeños son más ligeras que las de los adultos. «Quiero agradecer a los padres y madres la responsabilidad que están teniendo trayendo a sus hijos, ya que beneficia a la ciudadanía y a la salud pública», ha remarcado el consejero. A día de hoy, son algo más de 1.000 los menores inscritos y esperan que la buena acogida que ha tenido sirva para animar al resto a que den el paso.
El protocolo de vacunación ha sido el mismo que para los adultos, solamente que, en vez de trasmitírselo a los niños y niñas, se le transmitía a sus padres y madres, que son en quienes recae el consentimiento. Si tienen algún tipo de enfermedad, si tienen alergia a algo, o si han pasado el coronavirus, además de otras recomendaciones sobre no hacer esfuerzos físicos al día siguiente. Los profesionales han estado a la altura de los más pequeños y han empatizado con sus miedos, demostrando su vocación de servicio.
Cabe recordar que la vacuna a administrar es la presentación pediátrica de la vacuna Comirnaty (Pfizer/BioNTech) y se reduce a 10 microgramos, un tercio de la que se administra a los adultos. Ceuta recibía este lunes la primera remesa de vacunas pediátricas contra la Covid-19 con 6.000 dosis El intervalo entre dosis será de ocho semanas para conseguir mejor respuesta inmune y mejor perfil de seguridad. Es importante remarcar la necesidad de recalcar los mensajes de precaución y cuidado ante el virus con el uso de la mascarilla en espacios cerrados y en abiertos donde no se pueda mantener la distancia de, al menos, 1,5 metros estipulada; el lavado de manos, la ventilación y, también, en el mantenimiento de la distancia social.