Los ex alumnos implicados en el caso San Agustín siguen declarando. Testimonio clave ha sido el de uno de ellos, que salía desnudo en un vídeo que se encontró en el móvil del profesor, cuando tenía 14 años. Se han relatado episodios en los que el profesor depilaba a sus alumnos, se hacían masajes y regalos, les sacaba fotos, y tenían conversaciones sexuales por WhastApp
El juicio proseguía este martes con las declaraciones de los ex alumnos del Colegio San Agustín, que han sido un total de 13 de los que el acusado era profesor y tenía fotografías o vídeos sexuales cuando eran menores de edad, y que han querido seguir quitándole peso al asunto, normalizando las fotos, los regalos y las conversaciones sobre sexo o que mantenían con apelativos muy cariñosos. En el terminal del acusado se encontraron más de 200 fotos de menores y algunos vídeos.
Vídeos y fotos que constituyen un delito de tenencia y elaboración de pornografía infantil
Una de las declaraciones clave ha sido la de un joven que aparece en un vídeo, cuando era menor y en la casa del acusado, desnudo. El chico ha confesado que no tenía el mismo trato con el acusado que con el resto de profesores, y que le regaló una colonia, un bañador y unos calzoncillos, entre otras cosas. Cuenta que se los probó en casa del acusado y que este le grabó en vídeo. “Se lo pedí yo para mandárselo a mi novia de entonces”, ha dicho.
Sin embargo, en el vídeo que se le ha mostrado se podía escuchar “ya sabes que no me gusta que me hagan ese tipo de fotos”, aclarando que se refería a fotos donde se viera sus zonas genitales pero, contradictoriamente, asegura que no le había hecho fotos así antes. En el momento del vídeo, que ha sido calificado como pornografía infantil por la Fiscalía en su escrito de acusación, el alumno tenía 14 años.
También existían numerosas fotos de diferentes tipos, en la cama del acusado o en otros lugares como el hotel parador La Muralla, pero insiste en que todas fueron solicitadas por él mismo. Su relato ha presentado bastantes contradicciones.
El laboratorio y los vestuarios del colegio
El laboratorio del Colegio de los Agustinos era uno de los escenarios en los que los alumnos aparecían fotografiados. Algunos han contado que se las hacían entre ellos, otros han reconocido que lo hacía el acusado. Lo hacían desde el teléfono móvil de su profesor porque “era la novedad” y dice que muchas de las imágenes las compartían después por redes sociales.
También se ha nombrado en numerosas ocasiones durante el juicio el vestuario de los Agustinos, donde el acusado entraba, según varios testigos. Uno de ellos asegura que nunca entraba cuando se estaban cambiando ni en la ducha.
Los viajes de estudios
Muchas de las fotos recopiladas durante la investigación muestran a diferentes alumnos del colegio durante sus viajes de estudios, siempre a Sevilla y en diferentes años, donde el acusado tiene “una vivienda vacía”.
Cuando se le muestran las imágenes en Sevilla a uno de los chavales, puede identificar a otros alumnos y asegura tener 15 o 16 años en una de ellas, realizadas en casa del profesor, aunque “él no estaba” -refiriéndose al acusado-.
El joven ha dicho que no sabe si compartía habitación con los niños, pero dice que “venía a visitarnos”. En una de las fotos aparecía el profesor recién duchado, con una simple toalla “donde se le ve el culo”, según indicaba la fiscal, y se ve a los alumnos con toalla, pero no ha podido especificar nada porque “no lo recuerda”.
Depilaciones a los menores
Otra conducta que se repetía con muchos de los menores eran las depilaciones, en las piernas o en sus zonas genitales. El acusado depilaba a sus alumnos menores, muchos lo han afirmado y otros lo han negado.
Durante la intervención del testigo que aparece en el vídeo, el Ministerio Fiscal apuntaba a una serie de contradicciones, tenía 15 o 16 años, y en la primera declaración en fase de instrucción dijo que las fotos no se las había hecho el profesor, sin embargo ahora dice que se las hizo, pero a su petición. Otra de las contradicciones es que afirmó que el docente le depilaba, pero ahora afirma tajantemente que no, “cada uno se depilaba lo suyo”, y explica que se depilaban en casa del acusado porque “a mis padres no le gustaba que me depilase”.
En una de las conversaciones de Whastapp el profesor hacía referencia a que “te vas a quedar top” cuando se depilase y le preguntaba si iba a ir a su casa a hacerlo. Conversaciones de madrugada en las que el docente le preguntaba si se había depilado y el joven le decía que no, entonces el profesor decía “bien, bien, así te lo hago yo”.
Los chat de WhatsApp: prácticas de cómo poner un condón
El profesor le pidió que borrase las conversaciones de WhatsApp y algunos de los vídeos. “Oye, seré pesado, pero ¿seguro que borrasteis el vídeo?”, un vídeo del que el joven no se acuerda “no tengo ni idea de a qué vídeo se refiere”, le dice a la fiscal. En otra conversación le dice “Una cosa, vacía el chat después de cada conversación”, aunque asevera ante el tribunal que “si me lo dijo no me acuerdo”.
“Hablábamos las típicas cosas que se hablan con amigos”, declara el testigo, que afirma que le pedían condones al profesor, que les sugirió que si no sabían colocárselo “podrían hacer alguna práctica”. En una conversación de mayo de 2016, la Fiscal lee: “Te tengo que pedir que me dejes un preservativo” le dice el menor, que tenía 15 años en ese momento, “¿Sabes colocártelo? o hay que hacer una práctica?”, le responde el profesor. Además, le invitaba a ir a Cádiz, siempre y cuando “compartiese habitación de hotel con él” -julio de 2016- “pero eso mi madre no me deja”, le dijo al profesor.
El juicio continuará en la tarde de este martes con la declaración de los guardias civiles que llevaron a cabo la Operación Pretium y los peritos judiciales.