Desde Comisiones Obreras se niegan a ver la paralización del porteo como algo puntual. Entienden que Marruecos está asfixiando a Ceuta y a Melilla, y lamentan que a nivel político y ciudadano se está «avalando» esta estrategia geopolítica. Piden que en ambos niveles se revierta esta situación que, afirman, traerá más «paro y pobreza» a la ciudad
Miles de porteadores y porteadoras no pueden acceder al Polígono del Tarajal desde hace dos semanas. Graves consecuencias para estas personas, así como las que trabajan «en las empresas ubicadas en los polígonos«, explican desde CC.OO en un comunicado.
La Delegación del Gobierno calcula que hasta la semana que viene no se reactivará el «comercio atípico«. Para el cierre, arguyeron motivos de seguridad coincidiendo con la limitación marroquí de poder cruzar la frontera con determinados alimentos. Este lunes, la Delegada, Salvadora Mateos, hablaba de obras en la parte alauita. CC.OO recuerda que el reino vecino cerró después de sesenta años la aduana comercial con Melilla, y que en la frontera ceutí las restricciones son más comunes. Afirman no poder reclamar nada al estado de Mohamed VI, por soberanía nacional y porque pedir que «reivindique el contrabando como si de una actividad lícita se tratara».
Ante este escenario, «los agentes sociales promovimos una movilización ciudadana que se saldó con un decepcionante fracaso», explica CC.OO. La indiferencia de Ceuta «se convirtió en aval social«. Además, según el sindicato a nivel nacional ningún partido ha hecho ninguna propuesta para empezar a trabajar en lo que llaman «Planes de Futuro para Ceuta«.
Reconocen que la Ciudad ha promovido la implementación del Juego Online, pero desde CCOO son muy críticos, puesto que la consideran una iniciativa «notoriamente insuficiente, incierta, frágil y muy arriesgada en términos de imagen como para considerarla una alternativa consistente».
El panorama económico que dibuja el sindicato es dantesco y las respuestas al mismo tienen que estar promovidas por las fuerzas políticas y la ciudadanía. A los primeros actores les piden propuestas y «diálogo social». Al segundo, «un grado de conciencia ciudadana y de compromiso con esta tierra que hoy por hoy no tenemos».
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