El Servicio de la Frontera del Tarajal se ha venido cubriendo desde mayo hasta mitad de septiembre con 12 vigilantes por turno de 24 horas.
Esto eleva la cifra a unos 60 profesionales que han estado desarrollando una labor de complementariedad y subordinación a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con óptimos resultados, que han tenido como consecuencia el orden, la regulación interior de vehículos y personas en el interior de la infraestructura y, en los momentos más álgidos de la pasada OPE, el mantenimiento más ágil de los flujos de vehículos en el último tramo de la Nacional 352 en colaboración con la Guardia Civil.
Es un hecho que la presencia de la Seguridad Privada en la Frontera del Tarajal ha servido de alivio y reducción de presión tanto a los profesionales de Frontera del CNP como a los del mismo servicio en Fiscal y Rural de la Guardia Civil.
Es un hecho igualmente el beneficioso impacto, por la sinergia positiva, que se ha establecido en el Tarajal y que ha supuesto igualmente una mejora de la atención al transeúnte fronterizo tanto de a pie como en vehículo.
Tras la finalización de la OPE, el servicio de Seguridad Privada se ha ido dimensionando al volumen de flujo de tránsito.
Este sindicato ha sabido que tanto CNP como Guardia Civil mantienen un alto valor positivo a la presencia de los vigilantes de seguridad en tanto en cuanto sus respectivas plantillas, de base, no se han visto reforzadas, salvo esporádicamente en momentos muy puntuales.
CCOO ha tenido conocimiento que la previsión realizada por las dos administraciones (estatal y local), merced a un convenio y acuerdo a suscribir, sobre la presencia de Seguridad Privada en la frontera, sin que se haya visto alterado el número de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, es muy limitada para el próximo curso.
Esto tendrá consecuencias negativas. Por un lado, un menor número de vigilantes de seguridad (cuya cifra se rebajaría casi a la mitad de lo anteriormente conocido). Por otro lado, una mayor presión de trabajo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad desplegadas en la frontera. Pero también por otro lado, tendrá consecuencias negativas para el flujo y tránsito de vehículos y personas.
Y todo ello, sin prever las situaciones que en 2023 se vivirán en relación a momentos de mayor intensidad en la frontera como el periodo pre y pos Ramadán, la Semana Santa y, por supuesto, la OPE de ese año entre los meses de junio y de septiembre.
El coste de la Seguridad Privada, que asume la Ciudad Autónoma, es previamente recibida por el Gobierno de la Nación, por ello cabe preguntar a la Delegación del Gobierno si tiene constancia de estas circunstancias y si tiene conocimiento de que, como parece indicarse, la Seguridad Privada en la frontera verá mermada su presencia en el Tarajal.