Los sindicatos mayoritarios han salido a la calle para reivindicar este primero de mayo los derechos de los y las trabajadoras. Los sindicatos han exigido una vez más la derogación de la Reforma Laboral del Partido Popular de 2012, han criticado los despidos en la banca y han sido contundentes contra la extrema derecha: «La extrema derecha mata, la extrema derecha hunde la democracia. Es un virus que puede acabar con el modo de vida que todos hemos conocido»
El primero de mayo los sindicatos se han tirado a la calle tras un año marcado por la pandemia. El secretario General de UGT, Juan Carlos Pérez, ha puesto en valor que «tomamos nuestra posición en la calle, más reivindicativos que nunca, porque hay que cumplir con los trabajadores y trabajadas de nuestro país». Pérez ha hecho un llamamiento al Gobierno central «tiene que cumplir con la clase trabajadora y de una vez por todas eliminar la Reforma Laboral de 2012, aumentar el SMI hasta los 1.000 euros, abrir la negociación colectiva, sin dejar a nadie atrás, tiene que haber medidas que los protejan».
Por su parte el líder de CCOO, Juan Luis Aróstegui ha lanzado un mensaje a los y las trabajadoras: «Estamos en una situación muy delicada, hemos sufrido el impacto de la crisis sanitaria, pero se sale de esta situación con una política de izquierdas, de defensa de lo público, de abolición de la Reforma Laboral, con empleo de calidad y desarrollo económico con un trato justo para todos». Ha advertido que «la pancarta y el voto son dos caras de una misma moneda».
«Vemos despidos en la banca, ¿qué no habrán ganados todos estos sinvergüenzas durante años, qué fortunas no han amasado y ahora en plena crisis dicen 8.000 personas a la calle? ¡No tienen vergüenza y hay que decirlo claro!» ha sentenciado un Aróstegui muy reivindicativo.
«Hay que decirle a la clase trabajadora que vienen tiempos duros, muy duros si no tenemos claro quién es el amigo y el enemigo, y qué queremos. Y Queremos cambiar radicalmente el marco de relaciones laborales que impuso la derecha en el año 2012, favoreciendo la negociación colectiva, eliminado trabajas, acabar con las mafias de las subcontratas y que los convenios colectivos vuelvan a ser espacios seguros. Vamos a emplearnos a fondo para concienciar a las personas en los centros de trabajo» ha asegurado Aróstegui, al igual que Pérez anteriormente.
Además, ha aprovechado la oportunidad para poner el foco en el peligro de la ultra derecha: «La extrema derecha mata, la extrema derecha hunde la democracia. Es un virus que puede acabar con el modo de vida que todos hemos conocido, por el que hemos luchado y el que todos creemos. No se puede hacer concesiones, ni ser condescendientes, ni ser transigentes.
Aróstegui se ha mostrado combativo contra la ultraderecha «A la extrema derecha hay que combatirla con todas nuestras fuerzas, porque es una amenaza muy seria. Y esto debe ser un compromiso también de los trabajadores y trabajadoras, que no se piensen que esto que está pasando es indiferente ni inofensivo, lo que está pasando es muy serio, es muy grave y va a tener consecuencias muy duras para los trabajadores y trabajadoras. Basta ya de flirtear, de tomarse las cosas a bromas, la extrema derecha no es una cosa de bromas, es acabar con los derechos y las libertades de los ciudadanos».
El secretario general de CCOO no ha perdido la oportunidad de hacer un repaso por la situación de la ciudad autónoma: «Ceuta está sumida en una depresión económica enorme, que no somos capaces de frenar. Los datos nos hunden cada vez un poco más, desde que se cerró la frontera no hay más que malas noticias, los gobiernos practican la indiferencia y el absoluto abandono y falta de respeto».
«No queremos que Ceuta sea una colonia, queremos que desde la solidaridad una política justa» ha aseverado, «pero todos los ceutíes deben tener claro: nadie va a hacer nada por nosotros. O entendemos los que nos pasa, asumimos un compromiso de defensa de nuestros intereses, nos unimos y luchamos o Ceuta terminará yendo de las manos a todos. Es un mensaje de optimismo y de esperanza, pero al mismo tiempo es un reto. Ya está bien de indiferencias, ya está bien de que esta ciudad nadie la quiera ya está bien de que sea siempre la eterna mancillada”.